Titular de la noticia: "Uno de los 19 hijos de Bin Laden pide asilo político en Barajas" (El País, 04-11-2008). La noticia, que en principio pudiera semejar una cuestión anecdótica, plantea, de entrada, dos cuestiones contradictorias que deberán ser muy tenidas en cuenta por el Ministerio del Interior a la hora de acceder, o no, a la concesión del asilo.
Por un lado, un musulmán, el hijo de Bin Laden, considera que España es un buen país para refugiarse de cualquier peligro por su condición religiosa. Refugiarse de persecuciones de islamistas radicales, ya él mismo "se autodefine como el 'hijo pacifista' del terrorista y repudia el terrorismo de su padre". Esta elección entronca con la tradicional y más que probada buena imagen que España y los españoles tenemos para los países árabes y para el mundo musulmán en general.
Por otro, el hecho de que el hijo pacifista de Bin Laden haya escogido España como país de refugio político, en consonancia con lo dicho anteriormente, nos puede convertir, de nuevo, o puede aumentar, si se quiere, nuestra situación como objetivo del terrorismo islámico.
Si el gobierno de España rechaza la petición de asilo, estaremos ante una negativa que puede ser vista por los musulmanes moderados como de rechazo y de cambio en nuestra tradicional buena relación con ello.
Si el gobierno de España acepta la petición de asilo, los islamistas radicales, seguidores de las células de Al Qaeda y de los postulados de Bin Laden podrán "argumentar" en beneficio de sus postulados que España aumenta su presión sobre ellos, ya demostrada en el incremento notable de las detenciones de radicales y en el incremento y eficacia de los servicios de información de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
Difícil papeleta para el Ministerio del Interior que, en cualquier caso, cualquiera que sea la decisión que adopte, deberá ser muy bien explicada, no sólo a los españoles, sino a los musulmanes de todo el mundo, ya sean moderados o radicales.
Vale.
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