domingo, 23 de noviembre de 2008

Aznar (a) El Perdonavidas

No es en absoluto comprensible que la derecha española, dizque liderada por Mariano Rajoy, no sea capaz de acallar a su anterior dirigente, que cada vez que habla hunde un poco más al PP y da ánimos a la ultraderecha. Ahora, con motivo de una reunión de NNGG se ha largado un discurso con dos partes diferenciadas: una, para asestar mandobles al Gobierno, y otra, para deslegitimar a su heredero a título de nada, Mariano.
Lo que Aznar diga de su partido o de su presidente, allá él, allá ellos, si no fuera porque el PP tiene que jugar un importante papel constitucional. Claro, que eso, la Constitución, a Aznar, se la trae floja. Nunca ha creído en ella ni nunca creerá. Para él, la única constitución política son los principios fundamentales del movimiento y los discursos que su abuelo le escribía a Franco. Y para él, la única constitución efectiva en la que cree es en el dinero, el que "gana" por haber sido presidente del gobierno y en el que le hace ganar su yernísimo, Agag.
Sí es más importante que Aznar se dedique a deslegitimar al Gobierno, porque cada vez que habla se pone en evidencia. Que el joven inspector de hacienda en Logroño que escribía cartas a los periódico blasfemando contra la constitución se dedique a descalificar al presidente del Gobierno es una garantía de que Zapatero lo está haciendo bien.
Cuando Aznar critica que se vaya a reuniones por ahí de prestado, en referencia a la cumbre reciente de Washington, tiene su gracia. Si se es políticamente correcto, habría que decir que Aznar se coló de prestado en la foto de las Azores. Pero si se juega a lo mismo que él, habrá que recordarle que en la guerra de Iraq, su trabajo, al tratarse de una guerra, era el de mamporrero de Bush. Que Aznar quiera descalificar a Zapatero, ahora, después de las consecuencias nefastas de un nefasto Bush y de la política seguida por los neocons en EEUU y los neofascistas en España, tiene su gracia.
Dejemos de ser políticamente correctos con Aznar, porque él no lo es, porque él no cree en la Constitución y llámemosle por su nombre y por su comportamiento: fascista. Para él, lo importante no es ganar unas elecciones o gobernar. Para él, lo único importante es mandar, que no es lo mismo. Y si no hubiera elecciones y mandara él siempre, mejor. Ese es su pensamiento político. El pensamiento económico está en la contabilidad de FAMAZTELLA.
Vale.

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