El 26 de diciembre de 2008, se publicó en el BOE el despliegue de la fuerza del Ejército de Tierra, mediante una orden firmada por la Ministra de Defensa, Carme Chacón. Hasta pasados 15 días, el 10 de enero de 2009, no apareció la primera información en la prensa local (http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/noticia.asp?pkid=419865). Y no fue hasta el día 12 de enero cuando el PP no aludió al asunto en una rueda de prensa. Finalmente, el pleno del Ayuntamiento celebrado el jueves 16 de enero aprobó una moción presentada por el PP, en el sentido de defender la continuidad del CIMOV nº 1 en Cáceres.
En primer lugar, la moción presentada por el PP y aprobada por el pleno municipal es, desde el punto de vista de su redacción, vergonzosa, escrita desde la más absoluta de las ignorancias de cómo son las Fuerzas Armadas.
En segundo lugar, esta suerte de localismo que defienden los rancios de la ciudad choca claramente con unos criterios, que se están aplicando, de una proyección internacional de las Fuerzas Armadas y de unos conceptos, absolutamente nuevos, que se aplican a la seguridad y la defensa.
Con una crisis económica mundial, propiciada por las políticas de los neocons, representadas en España por el Cabo de la Remonta de Rancho Crawford que pide todavía a estas alturas más liberalismo, con una crisis de valores que ha sido denunciada por el propio Barack Obama, cuando establece como eje de su política futura que la seguridad no puede arrinconar a las ideas, ahora en una ciudad pequeña, Cáceres, practicamos una suerte de localismo fuera de lugar.
En materia de Defensa Nacional hay que decir que las Fuerzas Armadas son una parte importante, pero no la única pata de ese edificio. Por ello, sorprende que se pretenda forzar el mantenimiento de una determinada y concreta unidad militar cuando las previsiones de despliegue y modernización pueden hacer que esa Unidad (en este caso, el CIMOV nº 1) no sea necesaria a los planes de Defensa.
Es decir, la ciudad se posiciona, en ese voluntarismo localista, en una actitud negativa respecto de las necesidades de la Defensa Nacional, a la que debe contribuir. La Directiva de Defensa Nacional recientemente presentada en el Congreso (http://www.mde.es/actu_ministro/intervenciones/08125_Comparecencia_Chacon_DDN.pdf) implica a varios ministerios, establece nuevos criterios y se abre a que en esta materia haya la suficiente implicación activa de todos como para variar la antigua y obsoleta creencia que Defensa y Ejército son la misma cosa. Y no es así.
Desde la ciudad de Cáceres, sabiendo que los planes militares son un concepto en constante evolución y adaptación a nuevas realidades, y sabiendo que lo militar es una parte, importante, pero solamente una parte, de la Defensa Nacional, debería apostarse por contribuir a ello de modo positivo, ya que el localismo se termina mostrando como una actitud contraria y negativa de la evolución de conceptos como seguridad y defensa, cada vez más globales. Y en esa contribución positiva está mostrar las capacidades que el Acuartelamiento de Santa Ana ofrece a las necesidades de la Defensa, y no al revés.
Quizás se ignora que la ciudad de Cáceres, en muy poco plazo de tiempo, no más allá de 2012 - 2013 contará con una red de comunicaciones terrestres que muy pocas ciudades pueden ofrecer: estará conectada por AVE con Madrid y Lisboa, en una equidistancia envidiable. Pero también cuenta ya con un eje Norte - Sur peninsular, la A-66, y contará con un eje Madrid - Lisboa por carretera, con la A-5 hasta Trujillo, la A-58 hasta Cáceres y la EX-A4 de Cáceres a Badajoz.
Esta situación geoestratégica en el eje Madrid - Lisboa permitirá disponer de una instalación militar, Santa Ana, que ha de ser aprovechada en las relaciones en materia de Defensa entre España y Portugal, cada vez más fuertes, como ha quedado patente en la cumbre bilateral de Zamora. Y esta situación estratégica en el propio territorio español, a medio camino entre Salamanca (Mando de Ingenieros) y Sevilla (Cuartel General de la Fuerza Terrestre), junto con una distancia en tiempo que no llega a una hora entre Cáceres y la Base de Bótoa, donde está la Brigada XI, una de las mejores del Ejército, son los elementos positivos a ofrecer.
Pensar que el CIMOV nº 1 es lo único posible y hacer de ello bandera localista, proteccionista, es desconocer la realidad no sólo de las Fuerzas Armadas sino de los propios criterios de la Defensa Nacional.
Por ello, la tristeza enorme al ver el texto de la moción presentada por el PP, documento que demuestra la ignorancia y la falta de capacidad de quien lo redacta, y la tristeza que produce que "esa cosa" fuera aprobada por el Pleno como consecuencia, simplemente, de equilibrios en el recuento de los votos, me hacen ser muy pesimista de cara a la fuerza con la que la ciudad de Cáceres pueda contribuir, desde su realidad económica y demográfica, positivamente a una mejora en las Fuerzas Armadas y, mucho menos, a la Defensa Nacional. Y que ello sirva, de paso, a que se generen y mantengan en la ciudad puestos de trabajo muy necesarios.
Vale.
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