Ahora, cuando la portavoz del PP Soraya Sáenz de Santamaría protagoniza un portada glamurosa en un periódico cuya ideología se basa en la flexibilidad de los tirantes de su director, Marianín reconoce que a lo mejor se pasaron en sus críticas a las ministras socialistas.
No, Mariano, no. No os pasásteis, os quedásteis cortos. Deberías reconocer que aquella portada, aquella invasión de sociatas de los espacios glamurosos de vuestras dama era suficiente para una moción de censura. Nunca debió ocurrir aquella portada, y nunca debió quedar impune.
Ahora que la niña de vuestros ojos pretende emular los hombros de Romy Schneider, es cuando deberías, Mariano, arreciar tus críticas contra las mujeres socialistas y proclamar a los cuatro vientos que lleven el burka, que solamente vuestras damas están, ideológicamente, facultadas para posar como modelos a seguir.
Soraya os ha puesto contra vuestro propio espejo, y la reacción es la propia de los que hacéis seguidimos de la doctrina de la iglesia CAR: solamente os rige un principio ideológico, LA HIPOCRESÍA.
Vale.
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