Desde que fuera presentada la demanda contra Ibarretxe, Patxi López y Rodolfo Ares, le lehendakari se ha pasado todo el tiempo, hasta el comienzo de la vista oral afirmando que era un juicio político, que no debería ni siquiera haberse admitido la demanda... hasta el mismo momento en que, comenzada la vista oral, la fiscalía solicita el archivo de la causa, y las defensas de López y Ares lo mismo. Sin embargo, para sorpresa, mayúscula, de todos, la defensa de Ibarretxe solicita que n se archive y que continúe el procedimiento.
Por medio a pasado que el propio lehendakari ha convocado, para el 1 de marzo, elecciones autonómicas. Y, claro, no es lo mismo presentarse a la reelección para que su gestión política sea juzgada por los ciudadanos que presentarse siendo juzgado por el Tribunal Superior de Justicia. No es lo mismo presentarse con una gestión mediocre, que presentarse con un programa rodeado de togas.
Sin embargo, hoy, el tribunal ha decidido dejar a Ibarretxe sin programa electoral. Ahora ¿cuál será la política estrella que el lehendakari someterá a los ciudadanos para que emitan su voto? ¿Tiene programa electoral? ¿Puede presentar un bagaje político de su gobierno, cuando ya sus socios de Eusko Alkartasuna han dicho que van por libre? ¿Podrá contar con los escaños que consiga Esker Batúa, su otro socio, suponiendo que consiga alguno? Porque si no, tendrá que aliarse con Aralar y con nadie más. Porque, en táctica política, EA lo ha dejado en la estacada y entre ellos, EA, PNV y Aralar deberán repartirse los despojos de Batasuna, y las hienas que van buscando despojos podridos terminan convirtiéndose en despojos de ellas mismas.
Ahora, los nacionalistas "moderados" no tienen programa electoral, no tienen al mártir Ibarretxe para colgar carteles rodeado de togas. Ese era su programa máximo para estas elecciones, y se ha quedado sin él. Y, además, no tiene nada que poder ofrecer a sus ciudadanos de una gestión mediocre, sin resultados.
Vale.
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