martes, 28 de octubre de 2008

Nuevo periodismo y viejos conceptos

Diccionario de la R.A.E.: Conjurar: 1. intr. Ligarse con alguien, mediante juramento, para algún fin. U. t. c. prnl.
2. intr. Conspirar, uniéndose muchas personas o cosas contra alguien, para hacerle daño o perderle. U. t. c. prnl.
Diccionario de la R.A.E.: 1. intr. Dicho de varias personas: Unirse contra su superior o soberano.
2. intr. Dicho de varias personas: Unirse contra un particular para hacerle daño.
Cuando se va a celebrar en Cáceres el III Congreso de Nuevo Periodismo, dos referencias de prensa nos evocan la utilización de conceptos como Conjura y Conspiración.
El exAlcalde de Cáceres, José María Saponi, se refiere al pacto político que gobierna el Ayuntamiento de Cáceres como una conjura, al hilo de referencias a una película de reciente estreno. Para el exAlcalde de Cáceres, un pacto de gobierno entre partidos democráticos es una conjura... porque le aparta, a él, a él, del mando. Él, que dijo que se había presentado a las elecciones para ser alcalde de Cáceres, y que como no le dejaban, se iba. Vamos, como el niño dueño del balón: o soy capitán del equipo o me llevo la pelota.
Ahora, resentido, muy resentido, tacha de conjura lo que es un pacto político democrático. Claro, para un jefe de Falange, lo democrático solamente puede ser que mande él.
La conspiración es un termino que aparece en una entrevista en una revista catalana con José Antonio Zarzalejos, que da para mucho, pero que hace especial referencia a la conspiración entre varios medios de comunicación de Madrid, con el apoyo político del Partido Popular, sobre el atentado del 11M y sobre supuestas autorías de ETA. Con esa conspiración, sujetos como Pedro J. Ramírez, que se sacó el carné de conducir cuando estudiaba periodismo en Navarra, o Jiménez Losantos, a rebufo de los obispos que añoran el palio con el cubrían los desmanes del franquismo, pretendían, como ahora se sabe tras la entrevista a Zarzalejos, que intervendrá en el III Congreso de Nuevo Periodismo, una operación económica para sus medios de comunicación y para sus bolsillos privados, aunque ello pusiera en riesgo hasta instituciones como las fuerzas de seguridad, la justicia, el gobierno legítimo...
Visto desde el prisma de la opinión desde un modesto blog, cuando el exAlcalde de Cáceres habla de conjura para desalojarle del poder, está manifestando una rabieta que todavía no ha asimilado y que alimenta su resentimiento, su profundo resentimiento no sólo hacia quienes pactaron un gobierno municipal, sino, sencillamente, hacia un sistema democrático en el que nunca ha creído.
Desde este mismo prisma, la conspiración que denuncia Zarzalejos en la entrevista podría ir más allá: podría y debería ser estudiada desde muchos ángulos. Uno de ellos, sin duda, el judicial, por cuanto inventarse pruebas, pagar a delincuentes para que concedieran entrevistas con las que orientar las investigaciones policiales y los sumarios judiciales, cabría, sin duda, un lo que los juristas llamarían un ilícito penal, y que los ciudadanos llamamos simplemente delito.
Delito de obstrucción a la Justicia cometido por quienes, en sus ansias económicas y sus pretensiones de transcendencia de su obra periodística (megalómanos con tirantes de diseño de Ágata Ruiz de la Prada), han violado la libertad de expresión, no se arrepienten de ellos y están diariamente dispuestos a reincidir.
Sin duda, la experiencia en la prensa convencional de José Antonio Zarzalejos será una lección importante para quienes tengan la suerte de asistir al III Congreso de Nuevo Periodismo.
Vale.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Josep Antoni Çarçalejos, a partir de ahora?