jueves, 22 de marzo de 2007

Defensores y cómplices

Los que mantienen la teoría de la conspiración en los atentados del 11M, saben, a estas alturas del juicio que corren un serio riesgo. Rajoy se ha dado cuenta (a días, sólo a días) y parece que se quiere desmarcar. Otra cosa es que le dejen.
El riesgo de los conspiradores es que viendo sus titulares de prensa, escuchando sus diatribas radiofónicas o sus blogs, están convirtiéndose, día a día, en abogados defensores de los procesados. Tuercen y retuercen argumentos y declaraciones en sede judicial para entresacar de una coma, de un lapsus de memoria o de una falta de método (en aquella fecha fatídica, ¿quién tenía un método?), y de ahí colgar sus argumentos que sostienen, según ellos, una conspiración magna en la que estuvieron los islamistas junto a los etarras para perpetrar los atentados ante la pasividad o connivencia de la policía para derribar al gobierno del PP.
Esa tremenda conspiración tiene defensores (Losantos, Jotapedro, Acebes, Zaplana, Rajoy y muchos más), defensores que son defensores de los procesados, ya que una sentencia absolutoria de sus patrocinados devendría, obviamente, en un reconocimiento judicial de sus teorías, esas teorías que esconden, en el caso de los fasciperiodistas, su antisocialismo (igual que el antijudaísmo de los nazis), y en el caso de los payasos ZAR, su incompetencia, ya que una conspiración del tamaño como la que defienden no fue detectada por su fino olfato.
El riesgo real que corren los conspiradores no es otro que el de pasar de defensores de la teoría de la conspiración a defensores de los procesados y, finalmente, a cómplices de los condenados, ya que su finalidad no es demostrar su teoría, sino que sus patrocinados sean absueltos, para lo que han construido su teoría como coartada.
Vale.

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