lunes, 12 de marzo de 2007

Defensa Nacional

La Defensa Nacional es un asunto de todos, no sólo de los militares, en contra de lo que se cree. Por ello, cuando se tratan estos asuntos, no hay que tener miedo a hablar con opinión política, conociendo el papel de cada uno.
Por ello, cuando estos días atrás en mi ciudad, su alcalde se hace eco de unos rumores publicados en prensa, y no los contrasta, uno podía pensar que obraba de buena fe. Pero cuando el alcalde Saponi dice, y repite, que tiene documentos y datos concretos sobre la certeza de esos rumores, incluso después de que el JEME los desmintiera en ejercicio de su mando, no puede uno sino pensar en que el alcalde se ha metido en un charco.
En un charco de información caducada, de información intoxicada, y de información interesada. ¿Por qué el alcalde de Cáceres, a la vista de los rumores publicados no descolgó el teléfono y llamó al Ministerio? ¿Acaso pensaba que le iban a tratar con el mismo desprecio con el que le trató su correligionario, el minisTrillo del Yak-42? ¿Por qué no descolgó el teléfono y llamó al JEME, y más sabiendo que cuando el minisTrillo le despreciaba, los mandos militares se afanaban en resolver, en favor de la ciudad de Cáceres, el entuerto organizado por el correligionario del PP?
Lo que no puede hacer un cargo público, cuando se tratan asuntos de la Defensa Nacional, es convertirse en portavoz de Radio Macuto, utilizando para ello documentación caducada, por muchos agradecimientos que haya por medio.
Lo que debe hacer ahora el alcalde Saponi es salir del charco con dignidad (no creo que la tenga en estos asuntos), pidiendo disculpas, no sólo a los militares a los que puso de los nervios, sino a la ciudad de Cáceres, a la que pretendió engañar.
Vale.

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