La decisión de Wayne Simien de abandonar el baloncesto para dedicarse a labores de evangelización o lo que sea, que es algo muy personal, tiene algunas aristas muy interesantes, sobre todo porque nos muestran el "american way of life".
En primer lugar, hay que decir que la comunidad o como se le quiera llamar, ha sido una iniciativa del propio Wayne Simien, como se puede ver en la pantalla de acceso a la página, con diseño llamativo y su imagen con la camiseta 23 de los Jayhawks de Kansas. La dirección web es un acróstico de su propia filosofía: http://www.iamctg.org/, y son las letras CTG las que identifican a la comunidad religiosa. En realidad, la dirección web es: I Am Called to Greatness.
En primer lugar, hay que decir que la comunidad o como se le quiera llamar, ha sido una iniciativa del propio Wayne Simien, como se puede ver en la pantalla de acceso a la página, con diseño llamativo y su imagen con la camiseta 23 de los Jayhawks de Kansas. La dirección web es un acróstico de su propia filosofía: http://www.iamctg.org/, y son las letras CTG las que identifican a la comunidad religiosa. En realidad, la dirección web es: I Am Called to Greatness.
En cuanto a cómo se lo montan los americanos, son prácticos y han aprendido de la Iglesia Católica, pionera en nuevas tecnologías y marketing, entre otras cosas. No hay que olvidar que esto de la Iglesia empezó con un humilde portal, y ahora tienen más alojamientos que Google. Y, además, promocionaron productos que han llegado hasta nuestros días, como los de la marca INRI.
En la práctica, las acciones que tiene programadas la iglesia de Simien están esponsorizadas por unos productos energéticos, por "vitamin water", de una empresa comercial, Glaceau.
Que digo yo que, como se podía leer en uno de los comentarios (¡qué barabaridades se leen!) de El Periódico Extremadura a la noticia de la retirada espiritual de Wayne Simien, alguien debería pagar la cláusula de rescisión al Cáceres 2016 Basket. Y podría ser, debería ser, esa casa comercial que esponsoriza la comunidad religiosa del buen jugador americano.
Déjemos de ser ingenuos. Wayne Simien ha buscado la excusa de la evangelización para vender sucedáneos de bebidas energéticas, y por ello ha dejado tirado al Cáceres, que se supone que durante el tiempo que ha estado aquí le habrá pagado y bien, ¿no? Pues que termine de cumplir el contrato y luego que cante misa si quiere. Y venda limusinas, mirindas, caseras o gaseosas de Lucas.
Vale
Vale
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