Después de una semana en que especialmente los medios de la derecha han ido marcando la agenda y el argumentario del PP con el asunto del brote de gripe A en la Academia de Ingenieros del Ejército de Tierra en Hoyo de Manzanares, las comparecencias ayer de Carme Chacón en el Senado y de la propia ministra de Defensa, junto con la de Sanidad, Trinidad Jiménez, hoy en el Congreso, han ido poniendo las cosas en su sitio: de entrada, la actuación seguida por la sanidad militar ha seguido escrupulosamente los protocolos fijados en base a las determinaciones y recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
En segundo lugar, la contundencia de los datos y argumentos con los que la ministra de Defensa ha sostenido la gestión de la situación en el ámbito de la Defensa han ido circunscribiendo el asunto a la alarma social creada en torno a la visita que un grupo de escolares realizó a la Academia de Ingenieros el miércoles de la semana pasada. "Durante la visita, los escolares siempre estuvieron a una distancia superior a 500 metros del lugar en el que estaban aislados los afectados, no visitaron ningún local ni tuvieron contacto con personal que estuviera afectado por el proceso gripal vírico." Esto ha afirmado hoy, con contudencia, por Carme Chacón en el Congreso, después de la realización de un expediente administrativo. Y a la vista de ese expediente, la actuación de las autoridades del cuartel de Hoyo de Manzanares ha cumplido los protocolos, por lo que solamente resta de este asunto la falsa alarma social propalada por el Partido Popular siguiendo los argumentarios que los medios de la derecha distribuyen diariamente por los quioscos.
Además de la contundencia política con la que la ministra de Defensa ha puesto las cosas en su sitio, hay una variación considerable en cuanto a la forma de actuar. Durante una semana, el Ministerio de Defensa ha realizado todas las acciones administrativas que su estructura compleja requiere. Una vez realizadas, es la Ministra la que responde en sede parlamentaria, donde le corresponde hacerlo (incluso ha suspendido su participación en actos electorales de su partido), pero también, y esto hay que hacerlo notar para que de una vez por todas el PP aprenda que hay otra forma de gobernar, el Jefe del Estado Mayor del Ejército, Fulgencio Coll, acompañado de los militares responsables de la prevención y sanidad en este asunto, ha comparecido ante los medios de comunicación. Y su comparecencia, para establecer sin ninguna duda, que se han seguido todos los protocolos establecidos por el Ministerio de Sanidad y desde el primer momento se ha actuado escrupulosamente dejó muy clara una cuestión: el asunto, en el ámbito del Ejército de Tierra ha sido gestionado por las autoridades militares y comparecen como tales, en tanto que hoy, en el Congreso, la cúpula militar ha estado presente en la comparecencia de la ministra. Queda establecido, por tanto, que la actuación técnica (militar) ha seguido los protocolos que le correspondía cumplir, y que la actuación política (comparecencia de la ministra) se ha llevado a cabo cuando la actuación técnica ha facilitado los resultados y los datos necesarios. La dirección política de la Defensa ha ordenado la realización de un informe. La dirección técnica (militar) lo ha llevado a cabo conforme a su estructura y jerarquía. Es como ha de actuarse, es otra forma de gobernar.
Finalmente, fijadas la posición política del Ministerio de Defensa, realizada por la estructura militar la investigación ordenada, y siendo sus argumentos claros, precisos y, especialmente, tranquilizadores, sólo queda una cosa: ¿por qué Mariano Rajoy está empeñado en seguir sembrando alarma?
La única explicación que puede tomarse en serio es que los hilitos de corruptina que están creciendo por las vigas y columnas de Génova, 13 son cada vez más espesos y durante una semana han tenido el velo de la alarma creada mediáticamente en torno a la visita de los alumnos de un colegio a la Academia de Ingenieros.
A partir de hoy, después de fijada claramente la posición del Ministerio de Defensa, desactivados (nunca mejor dicho, estando por medio el Centro de Desminado de la Academia de Ingenieros) los augurios de alarmas y puesta en evidencia la estrategia que le marcan a Mariano El Cuchara Rajoy, este líder casismático (casi carismático) queda desnudo, solamente cubierto con los trajes de Camps tan bien pespunteados por el sastre pagado por El Bigotes, y con un detalle que no les conviene: ahora, todavía le queda a Carme Chacón una semana de participación en actos electorales, para los que sin duda, le habrán llenado de fuerzas los ataques recibidos de una derecha más de derechas que el grifo del agua fría (Ibarra dixit).
Ah, y un detalle: no he citado para nada a Trillo, el íntegro, que estuvo en Cáceres en marzo de 1986 en la jura de bandera de uno de sus hermanos. ¿Recuerdas, Federiquín?
Vale.
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