martes, 17 de marzo de 2009

Recuentos electorales

Celebradas las elecciones gallegas y vascas el 1 de marzo, y tras pasar bastante tiempo para que los resultados se asienten, está meridianamente claro que el PP ganó con mayoría absoluta en Galicia, con 38 escaños, suficiente para gobernar en solitario. El PSG mantuvo los 25 escaños de la anterior cita electoral, y solamente la pérdida de un escaño por el BNG privó a la coalición formada por socialistas y nacionalista de un nuevo mandato. Tiene razón el PP para sentirse y sacar pecho por haber "recuperado" su feudo gallego.
En cuanto a las elecciones vascas, el mapa político es más complejo. De entrada, el tripartito en el gobierno (PNV-EA-EB) concurría a las elecciones con la variable de que PNV y EA lo hacían por separado, cuando en las anteriores concurrieron juntos. Y con la importante variable de la ilegalización de los partidos y coaliciones vinculados a los terroristas de ETA. Esto último ponía a disposición de los partidos concurrentes los nueve escaños del PCTV.
En las elecciones de 2005, la coalición PNV-EA obtuvo 30 escaños y 468.117 votos. PSOE, 18 escaños y 274.546 votos. El PP, 15 escaños y 210.614 votos. El Partido Comunista de las Tierras Vascas (ahora ilegalizado, y que fue inscrito en el registro de partidos siendo Ángel Acebes ministro del interior), obtuvo 9 escaños y 150.644 votos.
Los resultados de 2009, que Mariano Rajoy señala como un triunfo del PP, revelan, analizados, que el PP ha sido duramente castigado por electorado vasco. Y no sólo el PP. El PNV ha obtenido en 2009, concurriendo en solitario, 29 escaños y 396.557 votos, que sumados al único escaño de EA resulta los mismos 30 que habían obtenido conjuntamente en 2005. En cuanto al número de votos, la suma PNV+EA en 2009 supone una pérdida de 33.740 votos.
El PP, sin embargo, arroja unos resultados que deberían hacer pensar a Rajoy (si le dejan los espías y los amigos de Correa) que el apoyo a Patxi López debe ser claro, porque no están en condiciones de presumir. Mientras que el PSE ha conseguido incrementar en 7 el número de escaños, de los 9 en juego tras la ilegalización del PCTV, y aumentar en 41.347 el número de votos, el PP ha perdido dos escaños y, sobre todo, ha perdido 65.670 votos, muchos, muchos votos absolutos.
El Partido Popular no debería vanagloriarse de su condición de necesario para un gobierno no nacionalista, sino asumir que su retroceso electoral, claro, muy claro, rayano en el fracaso, puede minimizarse apoyando claramente (por supuesto, no de manera incondicional, sino aportando y construyendo) para que Patxi López sea el próximo lehendakari. Hacer correr la especie que circula en medios de comunicación ultraderechistas de que el PNV le ofrece varias consejerías si acepta un gobierno con los nacionalistas de Ibarreche, no es sino la desesperada falacia política de quienes no saben perder.
Perder casi 66.000 votos es mucho para un censo como el del País Vasco, y convertir esa derrota electoral en un triunfo, vale para la noche electoral ("somos decisivos", repetía el inconexo Basagoiti), pero no resiste ningún análisis político serio y riguroso y no avala sino su puesta al servicio de un gobierno integrador y de futuro para normalizar la realidad política vasca.
Vale.

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