lunes, 30 de mayo de 2011

La falacia de la lista más votada

Tras las últimas elecciones volvemos a tener la cantinela de aquello de “que gobierne la lista más votada”. Ahora, eso sí, con la variante de una creciente demanda, propiciada por las movilizaciones nucleadas en torno al 15M (me niego a utilizar la palabra movimiento, de nefasta memoria), de modificar la Ley Electoral buscando una más justa valoración del voto.
Como en cada territorio el asunto puede ser de interés en su confrontación con lo que los partidos defienden en otros (¿admitirá el Partido Popular que gobierne Bildu donde ha sido la lista más votada?), me interesa resaltar algún detalle, seguramente sin importancia, al hilo de lo que sucede en las elecciones autónomas en Extremadura.
Los resultados del 22 de mayo determinan que el Partido Gurtelar (mientras Camps siga ahí, no dejará de ser gurtelar) ha sido la lista más votada. Y, rápidamente, se ha generado una corriente de opinión, amplificada por los dos periódicos que se publican (lo de que se vendan ya es más discutible) en la región: que gobierne la lista más votada.
Está claro que, seguramente, los directores de los dos periódicos conocen con claridad algo que se llama “sistema político”, que, consecuente con la Constituión, es parlamentario. O lo que es lo mismo: al presidente del gobierno de la Comunidad Autónoma, de la Junta de Extremadura, lo eligen los parlamentarios. O lo que es lo mismo: no es automático, ni siquiera con mayorías absolutas, que el presidente de la Junta de Extremadura sea el candidato de la lista más votada. Necesita ser elegido, conforme a las leyes, conforme al Estatuto de Autonomía y conforme al Reglamento de la Asamblea legislativa.
Los parlamentarios, elegidos por los ciudadanos, reciben un primer mandato: elegir, a su vez, al presidente del gobierno de la Comunidad. Este olvido, interesado, surge siempre que la lista más votada es la de la derecha. Porque es a la derecha a la que le interesa y porque los medios de comunicación, empresas, no se olvide, les interesa (en sentido económico, por supuesto) que sea la derecha la que gobierne, y por ello se arrojan en tropel a defender aquello de la “lista más votada”.
Se necesita hacer mucha pedagogía para trasladar a los ciudadanos que el sistema político español es parlamentario, no presidencialista. Pero en una sociedad dominada por los egoísmos individuales y por los intereses económicos que se acumulan en torno a mitos y leyendas con pies de barro, el presidencialismo es lo que vende. Es más importante ser Belén Esteban que la acampada de Sol. Porque Belén Esteban vende espacios publicitarios y los de acampada sol no consumen porquerías.
La realidad es que los ciudadanos, en su mayoría, desconocen la diferencia entre un sistema parlamentario y un sistema presidencialista, y a muchos políticos, especialmente de la derecha, les interesa que siga la ignorancia, sobre todo cuando sus intereses están en juego.
Vale.

1 comentario:

Anónimo dijo...

sobra lo de Belen Estevan. LO DEMAS MUY BIEN PERO habria que dar con la formula correcta y proponerla todo lo que se expone y se queda en eso no va mas allá pero si se hace un proyecto y se presenta puede tener muchos votos