martes, 13 de mayo de 2008

Ahora, María San Gil. ¿Quién da la vez?

En el puesto de la pescadería hay que coger un número. Antes, se pedía la vez. Se decía, ¿quién da la vez? Eso es lo que pasa en el PP, no se coge un número para ver quién se va detrás: primero, Zaplana. Luego, Acebes. Ahora, María San Gil. Pero no van cogiendo el número según llegan a la cola. Da la sensación de otra manera de turnarse.
En el PP se van porque hay alguien que da la vez. No la da el último que ha llegado a la cola. Es alguien que, como en las contrarrelojes ciclistas, va dando la salida. ¡Qué curioso que quien da la vez en el PP hay elegido el método del ciclismo, tan caro a Mariano Rajoy!
En el PP hay alguien dando la vez, dando la salida semana a semana, a corredores de fondo, para esperar a que solamente quede el que ahora está vestido de amarillo, y darle la salida. Se la dará en vísperas del Congreso, con el suelo mojado o las rotondas llenas de arena para provocarle la caída y tenga que que abandonar en la última etapa, casi llegando a la meta vestido de amarillo.
Y será en ese momento cuando quien está dando la salida semanal a cada corredor de fondo, dirá: han ido saliendo todos, no queda nadie, yo me quedo con el maillot amarillo.
Es una estrategia como otra cualquiera, en la que los gregarios son los primeros en salir para marcar tiempos de referencia, para señalar las trazadas, pero no al primer clasificado de la general, sino al tapado del equipo, si es que funcionan como equipo.
Sin duda, nos quedan por ver maravillas todavía, y, sin duda, la mayor de ellas será cuando en la penúltima rotonda de la última etapa, el líder provisional, Mariano, derrapará sobre una fina capa de arenas que alguien habrá vertido inopinadamente, y, cuando llegue el momento de la coronación del nuevo líder en al etapa final, con el vuelo de las gaviotas (aves de rapiña, no se olvide) al fondo, llegará el líder salvado, melena al viento y con el mensaje encontrado en la botella sobre el cauce seco del Turia.
Vale.

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