La reciente inauguración del AVE a Valencia completa las grandes ciudades que están enlazadas con Madrid en alta velocidad: Sevilla, Málaga, Valencia, Zaragoza, Barcelona... Eso hace que España se haya convertido en el país con más kilómetros de alta velocidad, y con más gente que, a alta velocidad, comienzan a ser “sensatos”.
Días atrás ya escuché a Carlos Carnicero “reflexionar” en la tertulia de la Cadena SER (Hora 25) sobre si de verdad es tan necesario y tan importante tener una gran red de alta velocidad. Hoy, un diario catalán publica un artículo “La crisis sonroja al AVE”, con un clarificador subtítulo: “Los expertos cuestionan que España continúe con una política tan activa en la alta velocidad”. Claro, Cataluña ya tiene AVE, los demás que se jodan. Seguro que esos expertos eran los que criticaban a comienzos de los 90 que el AVE llegara antes a Sevilla que a Barcelona.
Mientras que el ministro Blanco viene garantizando que la licitacion de los tramos que faltan a Galicia y a Extremadura estará hecha en 2011, son cada vez más los expertos (singularmente los potentes colegios profesionales catalanes, ahora el Colegio de Ingenieros) que dicen, qué casualidad, que no nos podemos permitir tener AVE en toda España.
Volvemos, por tanto, a lo de siempre. Mientras que la tragedia de Puerto Hurraco agotó los bidones de tinta de los periódicos (las empresas de prensa son todas conservadoras, de derechas) vinculando la “España negra” a zonas de mayoría socialista, ahora que en Olot, la Cataluña profunda, negra, suceden hechos trágicos, enseguida se desvía el asunto a analizar los problemas psiquiátricos de los sospechosos, pero no se dice nada de una región que tiene en su interior (y todo nacionalismo, el españolista también) la larva de la endogamia enfermiza que no pueden tapar con portentosas y costosas fachadas modernas en el puerto de Barcelona.
Volvemos, ahora que los ricos ya tienen lo que querían, a cuestionar si lo que ellos han obtenido gracias al esfuerzo de todos es también un derecho para todos. No, no puede ser.
En meses próximos seguiremos conociendo informes de expertos, todos bien instalados, todos bien cercanos a los poderes económicos privados, conservadores por definición, de derechas por convicción. En los próximos meses, mientras la lucha política se circunscribe a titulares de prensa y al ejercicio del “y tú más”, los expertos irán creando el caldo de cultivo que ya ha comenzado para evitar que los recursos económicos del Estado que reclaman para sus intereses no se pueda invertir en despilfarros (desde la entrada en funcionamiento del AVE a la tierra de la derecha más reaccionaria y corrupta, toda inversiónde este tipo en otros territorios, será despilfarro) en regiones poco pobladas, que no se merecen lo que ellos ya tienen.
Vale.
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