lunes, 1 de febrero de 2010

Afganistán y la "guerra" de la extrema derecha española

El diccionario de la Real Academia de la Lengua establece estas cinco acepciones para la palabra guerra.

1. f. Desavenencia y rompimiento de la paz entre dos o más potencias.

2. f. Lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una misma nación.

3. f. pugna (‖ entre personas).

4. f. Lucha o combate, aunque sea en sentido moral.

5. f. Oposición de una cosa con otra.

Cuando hoy conocemos que un soldado español ha muerto en un atentado mientras formaba parte de una patrulla de reconocimiento para el paso de un convoy de alimentos, dentro de la operación ISAF de la ONU, la derecha española, mejor dicho, la ultraderecha española, que incluye al PP, vuelven con la retahíla de que Zapatero debe reconocer que España está en guerra en Afganistán.

He recogido las acepciones de la RAE porque cuando la extrema derecha política y mediática vuelve con esta tabarra, se olvidan de que tenemos un idioma rico, muy rico, hasta el punto de que la utilización de cualquier palabra evidencia una forma de pensamiento.

Si Rajoy y el resto de la extrema derecha consideran que España está en la “guerra de Afganistán” (para justificar el delito contra la Constitución que cometió José María Aznar haciendo participar a España en la guerra contra Sadam Hussein sin cumplir los procedimientos marcados en la Carta Magna), debería, por higiene democrática, cumplir los preceptos que marcan las definiciones.

En primer lugar, Rajoy y la extrema derecha en general siempre afirman, porque no pueden afirmar otra cosa, que Zapatero debe reconocer que “España está en guerra en Afganistán”. La preposición EN define claramente que no estamos en una guerra. Porque para estar en guerra debe identificarse al enemigo y actuar militarmente en consecuencia, esto es, mediante el hostigamiento, la persecución y obtener, así, el éxito en la campaña.

La preposición marca claramente el concepto. Es preciso recordar que las preposiciones, en nuestro idioma, son muy importantes, como explicó en su día Ortega y Gasset.

Sería deseable que todos aquellos que, desde la ignorancia muchos, y desde la maldad intrínseca otros (Rajoy entre ellos), afirman que España está en guerra en Afganistán tengan la misma valentía con la que insultan al Gobierno y, con ello, al propio Ejército que actúa siguiendo el mandato constitucional que establece que es el Gobierno el que decide y ordena, para que determinen cuál es el enemigo al que se combate. Es decir, que digan CONTRA que nación, CONTRA qué Estado, está España en guerra.

Que digan, si tienen decencia, estas gentes de la extrema derecha que desean que soldados españoles vuelvan en ataúdes para atacar al Gobierno cuál es la guerra, porque España está desarrollando en Afganistán las misiones que están marcadas por la ONU, les guste o no les guste.

Y sí se puede decir al suplente de Aznar y a todos los correligionarios de extrema derecha que la intervención en Irak lo fue porque el presidente del gobierno de España quería complacer (en cualquiera o en todas las acepciones del diccionario) a su amo. Y metió a nuestro país en una guerra ilegal, acto en contra de los mandatos constitucionales de los que debería dar cuenta.

Vale.

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