domingo, 17 de enero de 2010

Brotes verdes, bosques marrones

A raíz de una encuesta realizada en Andalucía, cuyos resultados indican que de llevarse a cabo elecciones autonómicas ahora, el PP ganaría, por primera vez, el líder (vocablo claramente degradado por abuso) de la derecha en Extremadura obtiene la conclusión de que esa encuesta arroja brotes verdes para su partido también esta tierra.
La expresión "brotes verdes" fue acuñada, en estos tiempos de crisis por la vicepresidenta Salgado, y por ello fue duramente criticada... por la derecha. Sin embargo, a Monago, al que todo le aprovecha para su convento, le viene bien, ahora, rescatar los "brotes verdes" para decir que la encuesta andaluza da como resultado su victoria en Extremadura.
Sin embargo, el PP tiene sobre sí enormes bosques marrones, especialmente en sus dos zonas de voto cautivo (sí, cautivo: al PP le votan los falsos nuevos ricos, los insolidarios... y podría seguir), que son Madrid y Valencia, aunque las ramas cada vez más frondosas de esos bosques marrones cada vez crecen más por su sede central, desde la primera planta, donde está Fundescam, hasta la última.
Del caso Gürtel, estercolero en el que asientan sus raíces los arbustos, matorrales, árboles de especies invasoras y otras, se conoce una sola parte del sumario. El líder (a cualquier cosa llaman líder) de la derecha española, Mariano Rajoy, líder del líder extremeño Monago (¿puede haber un líder de un líder') ya ha dicho que aunque se demuestre que el PP se ha financiado ilegalmente él no piensa dimitir por ello (a eso, en derecho penal, se le llama confesión de parte).
Los inmensos bosques marrones que se alimentan del estercolero Gürtel son los que gustan, para su asentamiento, a los insolidarios, a los nuevos ricos, a los individuos que se consideran los reyes del mambo. Por eso, en Madrid y Valencia las urnas deberían cambiar de color: marrón.
Donde el bombero Monago (¿líder de qué?) ve brotes verdes, en todo caso hay, desde la demoscopia, un estado de ánimo coyuntural (eso son los barómetros de opinión, no otra cosa) que sin duda llevará al gobierno andaluz y el PSOE de Andalucía a emplearse más a fondo. No necesitará mucho, Bocanegra es un perdedor y sería deprimente que los andaluces lo eligieran, que eligieran a un señorito (Arenas no es líder, es señorito), por lo que a poco que los socialistas andaluces se esmeren, el siguiente sondeo cambiará y el definitivo, el electoral también.
En cuanto a Extremadura, la derecha liderada (ja) por el bombero del ciclomotor, está muy lejos de alcanzar, siquiera, que un sondeo o una encuesta les acerque lo más mínimo a los socialistas. Hay que recordar que tras la marcha de Rodríguez Ibarra, se pensaba que podría ser la ocasión de que la derecha (rancia como el tocino) extremeña alcanzara alguna cota de poder autonómico. Nada más lejos de la realidad: Fernández Vara agrandó las diferencias heredadas y el batacazo llevó al líder (coño, otro líder, ¿cuántos líderes tiene la derecha extremeña?) que se enfrentó a él al retiro dorado de Madrid. A otros ¿líderes? los había mandado Rodríguez Ibarra al Senado, a Florianito Chico lo envió Vara al Congreso.
Monago, como buen bombero, podría ir a la directiva de Bomberos sin Fronteras con ciclomotor.
Vale.

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