La historia y la economía se estudian en modos sincrónico y diacrónico. Pero, para algunos que en su día fueron marxistas, la historia y la economía no existen en el tiempo. Sólo en el espacio. En el espacio en el que sus intereses políticos están en juego, y en el tiempo en el que ellos inauguran la historia que se es estudiará en el futuro.
Algo de esto es lo que sucede con la necesidad que tienen algunos de que se publiquen las balanzas fiscales de las Comunidades Autonomas: quieren demostrar que en el espacio en el que ellos tienen intereses políticos se generan más recursos fiscales y esto sucede en el tiempo en que ellos ostentan (¿detentan? no es lo mismo) el poder político.
Esto no es grave que se diga en sujetos como Pizarro, que es liberal en lo económico y ultraderechista en lo político. Es grave que lo digan políticos dizque socialistas o socialdemócratas. Es grave que lo digan quienes deben su poder político a los individuos que generan los recursos fiscales que quieren publicar.
Quieren demostrar que contribuyen más que otros espacios, quieren demostrar que las Comunidades Autónomas que les dan de comer dan de comer también a otras que no generan recursos suficientes... ni para existir.
¡Basta ya! Basta ya de parecer políticamente correctos. Recuperemos el estudio de la historia y la economía diacrónicamente y saquemos las balanzas demográficas.
Saquemos la balanza demográfica que demuestre (ya existen estudios, no hace falta gastar un euro en nuevos análisis) lo que está en las estadísticas del INE: que el dictador Franco ordenó redactar a los tecnócratas de régimen el Plan de Estabilización de 1959 para justificar un GENOCIDIO DEMOGRÁFICO.
Y recordemos a los socialistas catalanes que deben sus votos a los extremeños, entre otros, que fueron deportados desde su tierra a trabajar en Cataluña por orden, estricta orden, del general Franco.
Y recordemos a los socialistas catalanes que hoy generan más recursos fiscales gracias a la dictadura de Franco, que llevó a cabo el genocidio demográfico que llevó a Cataluña la mano de obra que no querían que trabajara en Extremadura, que tenía que seguir siendo la finca, el cortijo de los grandes terratenientes que SUFRAGARON el golpe de estado de Franco, su guerra civil y que lo mantuvieron en el poder.
¡Basta ya de hipocresías! Que sea hipócrita la derecha, es su obligación que ya les perdonará el pecado el confesor de cabecera. Pero que quienes se reclaman socialistas recurran al olvido por un puñado de euros... no tiene nombre.
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