A la hora que escribo esta entrada, está prevista la reunión de la comisión ejecutiva del partido popular en Madrid, que decidirá que Rajoy siga siendo presidente del partido hasta que el que gane el juego de la silla le dé la patada en el culo, mejor, que le recuerde la patada en el culo que le han dado los españoles.
Mientras tanto, seguirán los peperos aumentando sus índices de azúcar consumiendo la derrota dulce ante las cámaras y alcachofas, y alentando a sus correligionarios a que sigan manifestando en los foros de los medios de comunicación las bondades de la losantina, droga dura donde las haya.
Hoy, Mariano, ha sido colocado por los suyos (Pedrojotas Brothers) en el centro del cuadrilátero y será el muñeco del pim pam pum, al que, sin respeto, golpearán mientras juegan a la bonito juego de la silla.
Los mismos que le alentaron a ser duro (los que le llaman Maricomplejines) y le inculcaron los concetos (gracias, Pepiño) de "Zapatero rompe España", "Zapatero ha traicionado a las víctimas" y otros similares, son los primeros que han empezado la santa y católica misión: hostias a Mariano a discreción.
Adios, Marino, adiós, que te vaya bien, y que de estas elecciones formes un trío de perdedores con Gaspi y José Luis, y que pronto tengáis algura de miras y acojáis a Juanjo, para formar el cuarteto perfecto.
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