domingo, 24 de febrero de 2008

Aznar, ausente

Iba a titular esta entrada como "Aznar, el Ausente", que es el título que daban los falangistas a su fundador. Pero es probable que aquel fundador se sintiera despreciado por su émulo con melena.
¿Por qué tienen escondido a Gánsar los peperos? ¿Mostrará Gánsar los muñones de tanto morderse las uñas porque no dejan que salga de la caja en que está arrinconado? La extrema derecha que gobierna el PP no quiere que alguien más a su derecha les haga sombra. ¿Qué pasa con Gánsar en el PP? Mientras en el PSOE no hay reparo, sino al contrario, alegría porque Felipe González haga campaña, ¡y con qué ánimos! los peperos sólo tienen un cartucho y está gastado.
Gánsar está amortizado y él lo sabe y por eso cada vez que abre la boca no es para atacar tanto a Zapatero o a los socialistas en general, sino para recordarle a Rayoy a quién le debe la fotografía del cartel electoral.
Cuando en la noche del 9-M se conozcan los resultados electorales y se constate la derrota sin paliativos del señor de los Hilillos, saldrá el Gánsar, con los muñones comidos a mordiscos, para empujarle por la ventana de Génova.
A Gánsar no lo tienen encerrado en un cajón para que no moleste en la campaña y perjudique la ¿estrategia? de Maricomplejines. Al limpiabotas de Bush lo tienen encerrado porque saben que les dará una patada en el culo.
Gánsar está loco por volver a dirigir el PP, ahora que ha conseguido su anhelo: que se haya convertido en un partido de extrema derecha, al más puro estilo de Le Pen o de los austríacos.
Gánsar está deseando que Rajoy se estrelle para volver.
Volver, volver, volver... a mentirnos otra vez.

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