sábado, 20 de noviembre de 2010

Sincronía, diacronía y mala memoria

Es común escuchar en cualquier conversación que el tiempo pasa volando, “más que antes”. Y también es una realidad que las informaciones, las noticias se tienen “en tiempo real”. Estas dos maneras de relacionarnos con el tiempo cronológico, nos está llevando a una imperceptible pero peligrosa carrera en favor de la sincronía, y en contra de la diacronía. En la práctica, nos encontramos con las excusas perfectas para renunciar al pasado cuando nos conviene.
Ejemplos claros los tenemos a diario. En España, la forma y los contenidos con los que los medios de comunicación tratan el asunto de la inmigración, se transmite (¿o viceversa?) a la calle. Así, en las noticias sobre inmigración se aprecia el olvido consciente de que nuestro país ha sido un país de emigrantes, y esas noticias se suelen reforzar con encuestas de calle en las que ese olvido consciente se retroalimenta con las informaciones. ¿Cuántas veces se ha preguntado, en esas encuestas de calle, a los ciudadanos si ellos son emigrantes o tienen familia que lo sea o lo haya sido?
Cuando el burgués Puigcercós suelta algún disparate catalanista en contra de andaluces o extremeños, sabe que en su electorado no tendrá más efecto que el refuerzo de sus posiciones. Sabe que los emigrantes andaluces o extremeños no le votarán nunca. Cuando Alicia Tres Machos se dedica a la caza de inmigrantes ilegales, sabe que su electorado no se lo reprochará. En Cataluña, hay emigrantes andaluces y extremeños de primera y segunda generación que votan a la derecha olvidando que fueron allí no por propia voluntad, sino por la habilidad de la dictadura franquista que realizó un Plan de Estabilización que supuso una auténtica limpieza étnica en regiones como Andalucía y Extremadura.
La mala memoria de algunos políticos, que se apoyan en campañas de marketing que saben que el aquí y ahora es lo importante, que es lo único, tiene, en casos como el de Puigcercós la mala conciencia de pertenecer a la burguesía catalana beneficiaria de la dictadura franquista, y en el de Alicia Tres Machos, la mala conciencia de ser heredera social, moral y económica de esa dictadura, y de querer seguir disfrutando de esa herencia.
Quienes tienen mala memoria selectiva en realidad lo que tienen es mala conciencia que esconden en apariencias democráticas (los que trabajan algo) o en la indolencia absoluta de quienes no han trabajado nunca y se pasan la vida tumbados en la chaisse longe fumándose un puro.
Vale.

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