lunes, 8 de noviembre de 2010

Mercenarios de la estrategia de defensa

La gran cantidad de basura acumulada de la marca Gürtel, que rebosa los contenedores de Génova 13, llega a puntos insospechados. Así, mientras Mariano Camps encarga la estrategia de defensa (¿o no tiene más remedio?) al responsable del área en su ejecutiva, Federico Trillo, éste recurre a maniobras que superan sus capacidades para los tejidos y costuras que tiene que coser.
Pretende el engolado Trillo reproducir la misma estrategia que le dio éxitos al Partido Gurtelar con el caso Naseiro: que el asunto quede anulado por errores de procedimiento judicial. Del caso Naseiro quedó claro que el Partido de la derecha única se había financiado ilegalmente, pero no pudo ser juzgado porque se anularon las pruebas decisivas, una escuchas, que habían sido obtenidas de modo irregular en el procedimiento.
En esa misma estrategia confía (no le queda otra, está pillado) Mariano Camps. Y todo lo que haga o diga el responsable político del accidente del YAK42 habrá que comérselo. Y comerse el pago de 70.000 euros en informes y dictámenes encargados a un bufete de abogados... de sus hijos, también. Todo.
La señora marquesa de Cospedal sale diciendo que eso, que no tienen más remedio, porque se acosa a su partido. Claro: si el partido no se hubiera llenado de mierda, si no se hubiera financiado ilegalmente, no habrían tenido que recurrir a su muñidor de voluntades de cabecera.
¿Cómo se justificarán en la contabilidad del partido las facturas que el Responsable de Justicia e Interior ordena que se abonen al bufete de sus hijos? ¿En qué cuenta del plan general contable se inscriben? Si el encargado de los informes, dictámenes y estrategias es papá, ¿por qué pagárselas a sus niños?
Claro que... el despacho de abogados lo administran los Trillijos, digo los hijos de Trillo, pero el dueño es él. ¿El barrendero se paga dos veces el sueldo? O tres, o más, las que le vengan en gana. Mientras la estrategia funcione, Trillo hará lo que le venga en gana y Mariano tragará como una boca de metro.
Vale.

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