El demoledor dato del
paro del mes de enero de 2013 en Extremadura, más de 6.000 personas,
todas con nombres y apellidos, todas con su vida sin mañana, fue
contestado por el presidente (con minúsculas) de la Junta de
Extremadura, José Antonio Monago, con una finta de propaganda al más
puro estilo goebbeliano. Cuando los parados le cercan, cuando las
cifras de parados demuestran que no tenía ninguna solución que
ofrecer a los extremeños, su especialista en marketing, al que
pagamos todos, el tal Ivancito, le dio la bombilla que le faltaba:
¿Que tenemos 6.000 parados más sobre nuestra incompetencia? No hay
problema, prometemos listas abiertas y todos van al anzuelo.
Y todos han picado en el
anzuelo.
En primer lugar los dos
libelos que se publican en la región: el tradicional de la Editorial
Católica y el otro. Titulares de prensa y editoriales para alabar al
emperador. Pero el emperador Monago va desnudo. Envolverse en las
listas abiertas es lo mismo que hace Mas en Catalunya con la senyera:
una vulgar trampa de mal gobernante.
Porque ya tenemos listas
abiertas en nuestro sistema electoral. Claro, pero con ellas se
eligen senadores. Como Luis Bárcenas, que fue elegido, en listas
abiertas, senador...
Que ahora las listas
abiertas sean la tapadera con la que esconder el drama personal de
más de 170.000 extremeños demuestra, además de una demagogia
hortera y chabacana, algo mucho peor: que quien maneja la tapadera es
un incompetente, es un inmoral y hace gala de un profundo desprecio
hacia los ciudadanos.
Pero la demagogia, como
los desmentidos de Carlos Floriano, tiene las patas muy cortas. A los
más de 6.000 parados de enero se unirán los otros miles que habrá,
sin duda, en febrero. ¿Y qué se va a inventar el dueño de Redondo
y Asociados para que su jefe, que no su pagador, pueda salir en los
BOPPs (ya tiene dos por falta de uno) y en su nodo televisivo?
Ahora, con más de
170.000 parados, las únicas listas abiertas que necesita Extremadura
son las de gobernar. Las únicas listas abiertas que necesita
Extremadura son las de ciudadanos que necesitan encontrar un puesto
de trabajo. Pero esas listas abiertas tan necesarias no se
conseguirán con gobernantes como Monago y sus secuaces de Izquierda
Unida, Nogales, Pedro Escobar y Victor Casco, porque ya han
demostrado, por demás, su inutilidad y su incompetencia.
El Partido Popular de
Extremadura, que necesita que un chamán del marketing les diga lo
que tienen que hacer (y encima le paguen con los impuestos que nos
sacan a todos), ha demostrado no ser un partido de gobierno. Ha
demostrado ser un partido de desalmados.
Que para tapar la
ignominia de ser el responsable de que en enero de 2013 hayan ido a
la fosa séptica del paro más de 6.000 extremeños tengan que
recurrir a un truco de tómbola de feria, demuestra la catadura moral
de unos que se proclamaron en su día “el gobierno de los mejores”
y que a cada paso demuestran que el marketing como fin es solamente
fachada. Y que cuando ese marketing es sólo fachada de una ideología
de extrema derecha, lo único que queda es el recuerdo de los métodos
de la propaganda de los partidos nazis.
Las listas abiertas que
necesita Extremadura son esas en las que cada uno de los 170.000
parados puedan ver su nombre y la fecha, inmediata, ya, de su nuevo
puesto de trabajo.
Todo lo demás son más
de 170.000 maneras de engañar, de mentir. Y son más de 170.000
maneras de esconder la propia incompetencia de quien, a falta de una
bandera en la que envolverse, como hacen los nacionalistas o los
patriotas de hojalata con dinero en cuentas suizas.
Dejen las listas abiertas
para cuando hayan sido capaces de abrir a la esperanza a esos más de
170.000 parados extremeños. Y si no tienen ni puñetera idea de cómo
hacerlo, váyanse con viento fresco a sus casas y dejen de seguir
hundiendo en la miseria a los extremeños.
Vale.
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