domingo, 17 de julio de 2011

El primer viaje del presidente

Es un lugar común, cada vez que se producen elecciones generales, que el nuevo presidente del gobierno de España realice su primer viaje al exterior a Marruecos, por razones de vecindad y, sobre todo, por razones geopolíticas de indudable interés para nuestro país.
Ahora, tras 28 años de gobiernos socialistas, en Extremadura se ha producido la llegada al poder del Partido Popular, con José Antonio Monago. No existe tradición en esta Comunidad Autónoma de que el primer viaje fuera de los límites de la región tuviera un destino fijado. Sin embargo, la situación económica actual, y las perspectivas políticas de futuro hubieran hecho aconsejables algunas cuestiones.
La primera visita al exterior de José Antonio Monago fue a Madrid, ya ungido por el yugo de Izquierda Unidad, a pedir autorización al monarca de su partido para que le permitiera convertirse en el primer socialdemócrata muy de derechas, en el barón rojo de la derecha. Con tal de mandar, o de gobernar, según se prefiera, Mariano Rajoy le dio sus bendiciones.
Entronizado en su cargo de presidente de la Junta de Extremadura, y con el nombramiento de los ocho consejeros que forman su gobierno, José Antonio Monago concede entrevistas, emite opiniones en las que se aprecia un tono institucional que, sin embargo, deja ver de manera muy clara sus contradicciones y que esas contradicciones son pelillos a la mar cuando se trata de tocar poder. Por ejemplo, mientras que sus discursos leídos de investidura y toma de posesión, escritos por el octavo consejero, hacían hincapié en que ya no existen ideologías y que las infraestructuras no tienen color político, hoy reconoce en El Periódico Extremadura que si las infraestructuras se decidieran por rentabilidad, nuestra región no tendría ninguna.
También dijo en ABC (la santa Casa) que despreciaba a los terratenientes. Curiosamente, su “no-ideología” se corresponde con lo que un terrateniente de esos a los que desprecia hizo de esta tierra su solaz y descanso no productivo. El libro de cabecera político del octavo consejero parece ser uno escrito por el opusdeísta y tecnócrata Gonzalo Fernández de la Mora, “El crepúsculo de las ideologías” y que escribió cuando era ministro del fundador del Partido Popular y, tambén, terrateniente, con una de las mayores fincas de esta región.
En la entrevista que hoy se publica en El Periódico Extremadura, a la pregunta sobre el AVE, la respuesta de rigor: necesidad de que llegue, lo malo que sería que no pasara de Badajoz hacia Lisboa, pelear porque llegue...
Sin embargo, su partido, por boca de su Secretario General y hoy presidente de la Asamblea, se comprometió a ir a Portugal para conseguir que el país vecino no se descolgara del proyecto. De ese viaje, nunca más se supo y ningún periodista le ha preguntado por ello (y no le preguntará, y si lo hace, la respuesta será de libro: acompañar al gobierno de España -mientras ese gobierno sea del PSOE-, luego, ya veremos).
El primer viaje del nuevo presidente de la Junta de Extremadura ha sido... a la playa, a participar en actos de su partido y acompañar a una señora que anda mal de la vista. Es decir, su primer viaje “al exterior” como presidente de la Junta ha sido a temas de partido, a asuntos de su partido, no para tratar asuntos que interesen a “todos los extremeños”.
Cuando el Partido Popular se comprometió, sin que nadie se lo hubiera pedido, a ir a Portugal a tratar el asunto del AVE, el primer ministro luso era José Sócrates, socialista. Quedaba bien reivindicar ante adversarios ideológicos. Luego llegó la caída del gobierno de Sócrates, con la soga de la derecha apretando para conseguirla, y la esperanza de que el gobierno de derechas de Passos de Nivel fuera lo que se esperaba: el milagro de la salida portuguesa de la crisis. Los hechos han dado la razón a la derecha: Portugal ha salido de la crisis y ahora está en la bancarrota.
El primer viaje de Monago, Presidente de la Junta, debería haber sido a Lisboa, a hablar con sus correligionarios ideológicos... perdón, que ya las ideologías no existen. Sin referentes ideológicos, con quién hablar. ¿Con el técnico que está al frente del gobierno luso? Mejor no ir. Más adelante tendrá la ocasión de seguir culpando al gobierno socialista de Zapatero, que es lo suyo, o acompañar al Ministro de Fomento a Lisboa... y cuando vuelva, seguir culpando a los socialistas.
Sin embargo, hay un dicho que permanentemente planea sobre las decisiones políticas, sobre las opiniones políticas (sobre este blog también, por supuesto): cada uno arrastra sus contradicciones como puede. Y las elecciones generales están cada vez más cerca. El programa electoral del Partido Popular debe recoger una apuesta decidida para el AVE que convenga a los intereses de Extremadura. Pero esta infraestructura, sin la garantía portuguesa, está abocada al fracaso. Mientras, el gobierno catalán de CiU reclama que no se invierta en el AVE a Extremadura porque no vale la pena y el Partido Popular es el apoyo parlamentario de la derecha nacionalista catalana. ¿Cómo resolver esa contradicción? En el programa electoral resultará sencillo: dirá en cada sitio lo que le convenga. Luego, ya se verá.
Y, mientras tanto, esperaremos a que José Antonio Monago, presidente de la Junta de Extremadura, deje de poner los intereses de su partido por delante de los de la comunidad autónoma que gobierna, y en vez de irse a la playa (con la excusa de la escuela de verano de no sé qué), se monte en el coche oficial y, cruzando por Caya, se dirija a Lisboa a hablar y reivindicar ante el primer ministro portugués. Por dos razones: porque es lo que interesa a Extremadura y porque él propio Monago adquirió ese compromiso sin que nadie se lo pidiera.
Vale.

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