El Ayuntamiento de Cáceres ha acordado la cancelación de la concesión del servicio de autobuses urbanos con la empresa del faro y guía de los patronos, Don Gerardo, y también ha acordado traspasar la concesión a SUBUS, con la finalidad de dar continuidad al servicio.
Ahora, cuando la nueva empresa concesionaria se haga cargo del servicio, habrá cosas que hacer, factores que corregir, algunos, muy interesantes, referidos a la propia gestión del servicio, algo que no es conocido habitualmente por los usuarios y en gran parte sí por los responsables municipales, aunque no alcancen a evaluar su alcance.
La nueva concesionaria debe asumir, entre otras cuestiones, la actual plantilla y mantener los acuerdos sociales pactados por BUSURSA con los trabajadores. Pero asumir la actual plantilla no impide que se deban, digo bien, se deban acometer algunos cambios fundamentales para el trabajo ordinario.
En primer lugar, debe cambiarse al actual gerente en Cáceres de Busursa, porque en muchos aspectos deficitarios del servicio tiene alguna responsabilidad. Responsabilidad en el sentido de sola y exclusivamente trabajar en beneficio de la empresa concesionaria (que le paga), aunque ello perjudicara al servicio público y a su economía. El gerente es conocedor, de primera mano, de los puntos fuertes (líneas y frecuencias que mejor rentabilidad pueden aportar) y también de aquellos puntos que generan déficit en la concesión (déficit que debe ser asumido por el Ayuntamiento).
Y como a lo que se ve, el gerente solamente ha trabajado por la generación de recursos para su empresa y ha obviado las deficiencias que producen déficit, su permanencia al frente de la concesionaria en Cáceres, de la nueva concesionaria, no puede continuar. Y ello, sin que inicialmente el actual gerente sea responsable de un pliego realizado por el Partido Popular en el que la concesión funciona por kilómetros recorridos (de ahí que no se supriman líneas y servicios claramente gravosos para las arcas municipales).
En segundo lugar, debe corregirse el sistema por el que son designados, por el que han sido designados, los llamados inspectores, que son conductores de confianza del gerente y que, para no perder ningún complemento, son inspectores conductores. No es de recibo que la forma de designación sea la de confianza del gerente y su actuación encaminada a inspeccionar a los conductores más díscolos con la forma de gestión del servicio y a ser condescendientes con los más allegados y dóciles a la dirección. Respecto a que sean inspectores-conductores se debe a que así pueden seguir cobrando complementos como el toma y deje, quebranto de moneda, etc.
Otro día, otra vez, hablaremos de cómo reestructurar el servicio. O de cómo cambiar el pliego para que, por ejemplo, los actuales vehículos, aquiridos con el dinero de la concesión (dinero público), cuando terminan de ser pagados pasan a ser propiedad de la empresa concesionaria y no del Ayuntamiento. Esto también es de agradecer a la “eficaz” gestión de Partido Popular, que ahora amenaza con volver.
Vale.
No hay comentarios:
Publicar un comentario