sábado, 20 de diciembre de 2008

Tiempo perdido (sobre el Teniente Pavón)

Al hacerse pública la actitud de IU de Cáceres, con Santiago Pavón a la cabeza, sobre el Protocolo de Intenciones firmado por la Ministra de Defensa, el Presidente de la Junta de Extremadura y la Alcaldesa de Cáceres, tuve la tentación de plantear una acción (solidaria) de pedagogía en favor de Pavón. Pero desistí y desisto. Sería tiempo perdido.
Mi condición funcionarial y mis inquietudes actuales, me llevan a tratar de conocer asuntos relacionados con la defensa y la seguridad, entre los que el concepto clásico de defensa (=ejércitos) es una parte, y, seguramente, no la mayor aunque sí la más llamativa por historia.
Tratar de hacer entender que el Protocolo firmado entre las autoridades políticas a un individuo como Santiago Pavón, es tiempo perdido. Y lo es no porque el militante de IU y concejal del Ayuntamiento de Cáceres (a su mayor gloria, Teniente de Alcalde, y para mayor demérito del cargo) tenga unos acendrados criterios antimilitaristas, que son perfectamente legítimos. Es tiempo perdido porque Pavón parece paisano del pueblo de Gila: tiene la frente estrecha, estrecha; le entran las ideas a rastras, una cada año; los años bisiestos, dos.
La actitud de Santiago Pavón no parte de un profundo conocimiento del documento firmado, ni de cómo se desarrollará dicho documento (no lo sabe nadie aún, hay que trabajar mucho para llegar a acuerdos concretos). La actitud de Pavón parte de todo lo contrario a lo que parece representar con su forma de proceder. La crítica ha de estar asentada en sólidos principios ideológicos y en un profundo conocimiento de la materia. En cuanto a los principios ideológicos, son, efectivamente, sólidos, mejor dicho, solidificados, fosilizados. En cuanto al conocimiento de la materia, Pavón es, directa y llanamente, un ignorante. Y ya lo dice el refrán: la ignorancia es la madre de todos los vicios.
Tratar de explicar un proceso complejo como es la gestión de la infraestructura de la defensa a un individuo ignorante, orgulloso de su ignorancia, es perder el tiempo.
Por cierto, una sugerencia: Pavón debería promover el cambio de denominación de su cargo, por el que cobra un pingüe estipendio. Eso de Teniente es una contradicción que un sujeto con tan profundas convicciones antimilitaristas no debería consentir. Eso, o renunciar a ser el Teniente Pavón.
Vale.

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