Ayer, 14
de diciembre, el grupo socialista del Ayuntamiento de Cáceres
difundió un comunicado de prensa para denunciar que la alcaldesa de
la ciudad y senadora, Elena Nevado, había votado en dos ocasiones,
el lunes y martes de esta misma semana, en contra de dos enmiendas a
los Presupuestos Generales del Estado para 2013 que pedían la
continuidad del Centro de Formación de Tropa nº 1, junto con la de
la Academia General Básica de Suboficiales ubicada en Talarn
(Lleida).
Tras
hacerse público el comunicado, las primeras reacciones en las redes
sociales fue de incredulidad, y, posteriormente, se fue asentando una
sensación de que la actitud de la alcaldesa de la ciudad había sido
directamente una traición a la ciudad.
Esa
sensación es mayor cuando no habían transcurrido ni cinco días
desde que Elena Nevado había aparecido en los medios de comunicación
asistiendo a la celebración de la Patrona del Arma de Infantería y
del propio CEFOT Nº 1.
Cuando
los medios de comunicación comenzaron a reclamar una explicación
sobre lo sucedido, por el equipo municipal de gobierno, del Partido
Popular, emitió un comunicado de prensa en el que, primero, no
desmentía en ningún momento la denuncia de su traición que había
hecho pública la oposición, y, segundo, transmitía una sensación
de histeria política que únicamente tiene explicación en que, tras
la metedura de pata, la alcaldesa de la ciudad debe pensar que este
asunto puede ser su tumba política, que la pancarta de apoyo al
Cefot, que antes lucía en el balcón principal de la casa
consistorial, y que ha ordenado llevar a una lateral, puede ser su
mortaja política.
Porque el
comunicado emitido por Elena Nevado no tiene desperdicio. Cada una de
sus líneas, cada uno de sus párrafos, cada uno de sus “argumentos”
da para una entrada en el blog. Aunque nos fijaremos en dos o tres
cosas.
En primer
lugar, incluimos los resultados de las votaciones de las enmiendas
1030, presentada por Entesa pel Progrés de Catalunya (GPEPC), y la
1976, presentada por el Grupo Socialista del Senado. En ambas
votaciones se aprecia que han recibido el voto contrario de los 154
senadores del PP presentes y el voto afirmativo de todos los demás
grupos. O lo que es lo mismo: socialistas, socialistas catalanes,
nacionalistas vascos (PNV), nacionalistas catalanes (CiU) y el grupo
mixto votaron a favor de la plena operatividad del CEFOT de Cáceres,
mientras que su alcaldesa, sumisa a la disciplina de partido (hay que
hacer carrera, claro) votó en contra.
Para que
no quepa duda alguna de cuál fue el sentido de su voto, incluimos extracto de la relación de senadores presentes del PP según la relación
electrónica, incluyendo a Elena Nevado en la página 630 de la
sesión nº 23, listado de votos negativos.
Resultado de la votación de la Enmienda 1030, del GPEC
Resultado de la votación de la Enmienda 1976, del GPS
Página 2ª del listado de senadores del GPP que votaron en contra de ambas enmiendas.
Como decíamos, los nacionalistas separatistas del PNV o de CiU votaron a favor, como se aprecia en esta hoja electrónica de las votaciones del Senado. Esta es la correspondiente a la coalición que preside Artur Mas. Votan a favor de que el Cefot continúe...
Una vez
aclarado que no hay duda ninguna de qué votó la alcaldesa de
Cáceres, de los documentos que prueban su traición, pasamos, como
decíamos antes, a analizar algunas de las histriónicas o histéricas
frases que se pueden leer en el comunicado que emitió para
contrarrestar la denuncia del grupo socialista del Ayuntamiento de la
ciudad.
La culpa
de la actual situación del Cefot es, como no puede ser de otra
manera, de Zapatero. ¿Algún comentario? Pues claro, cómo no, la
culpa es de ZP, que, por cierto, además tiene la culpa de que en la
Plaza Mayor se haya colocado una carpa indecente en un espacio
patrimonio de la humanidad, y de que cuando hay nubes oscuras hasta
llueve...
El
titular del comunicado, según las agencias y según públicó El
Periódico Extremadura (www.elperiodicoextremadura.com)
era que “ningún senador del PP ha votado contra el mantenimiento
del Centro”. No, ninguno, sólo 154.
Según el
histérico comunicado, el Ministerio de Defensa ha confirmado que el
Cefot no se cierra. Ignoro si Elena Nevado estuvo el lunes en el
debate de las enmiendas sobre las que luego ella y 153 senadores más
del Partido Popular votaron
en contra, pero el portavoz de su grupo se refirió a ellas para
fijar posición en contra afirmando que decidirán
cuando lo crean oportuno, según los informes técnicos
correspondientes, si se cierran o no ambos centros de formación.
Esta información ya la conocía yo a las 17 horas del lunes, 11 de
diciembre. Quizás a esa hora Elena Nevado podría no estar en el
Senado aún. Pero a las 17 horas este bloguero ya sabía los
argumentos contrarios del partido de la alcaldesa para votar en
contra y tenía la certeza de que así sería. Cuando un asunto
interesa, las fuentes de información están a mano.
Las
enmiendas 1030 y 1976, las que pedían la continuidad plenamente
operativa del CEFOT 1 y de la AGBS, según Elena Nevado,
“contravenían las
propias normas básicas del Estado relativas a la contratación
pública y que son de obligado cumplimiento”. Curioso argumento
cuando su jefe en Extremadura se hizo el gallito queriendo comprar a
los funcionarios de la Junta de Extremadura diciendo que les pagaría
la extra de Navidad... en contra de las normas básicas del Estado.
Por cierto, sería muy deseable que Elena Nevado dijera qué normas
básicas de contratación se incumplirían con la aprobación de las
enmiendas citadas.
Con
ser llamativos los “argumentos” anteriores, personalmente el que
más llamativo me resulta es eso que dice el Partido Popular en su
histérico comunicado sobre una relación
incesante de contactos y reuniones mantenidas,
según dicen, por la propia Elena Nevado. Que yo sepa, y que se sepa,
se reunió el 5 de marzo de 2012 con la Subsecretaria de Defensa,
Irene Domínguez-Alcahud. Reunión calificada, en un comunicado de
prensa oficial del Ayuntamiento, como visita de cortesía, cuando no
lo fue. En aquella reunión, camuflada como de cortesía, la
Subsecretaria del ministerio informó de la situación real del
Cefot. Y Elena Nevado ocultó deliberadamente la información
recibida a los ciudadanos.
El 27 de marzo,
Elena Nevado “mantuvo un encuentro” con el Ministro de Defensa,
Pedro Morenés. La información publicada fue, más o menos, que se
encontró con el ministro en uno de los pasillos del Senado y la
fotografía que, finalmente, remitió el Ayuntamiento a los medios,
tomada con un dispositivo móvil, más parecía la de un club de fans
de Julio Iglesias junto a su ídolo.
El 16 de mayo,
acompañada por Pedro Nevado-Batalla, uno de los miembros del
gobierno de los mejores de Extremadura, se reunió con el Secretario
de Estado de Defensa, Pedro Argüelles Salaverría, en el propio Ministerio. Una reunión que
resultó chusca por varios detalles. El primero ¿recuerdan? porque
unos policías perseguían a un presunto delincuente por la
Castellana, por la calle, cuando Elena Nevado y el consejero atendían
“a los medios de comunicación”. El segundo porque el Secretario
de Estado no se comprometió a nada. Si lo hubiera hecho, se habría producido un comunicado oficial del Ministerio, a los medios los
habrían atendido en la propia sede del Ministerio y ver a la
alcaldesa de Cáceres y a un consejero del gobierno de los mejores en
medio de la calle haciendo un posado informativo para la televisión
regional es muy chusco, muy triste.
Y hasta aquí la
“relación incesante de contactos”. Porque no ha habido más. Si
se hubieran producido lo sabríamos, con su foto y todo. Y si
hubieran resultado favorables a los intereses de Cáceres, tendríamos
portadas y publirreportajes en el BOPP dedicados a la alcasenadora.
No, de relación
incesante de contactos, nada de nada. Y votar contra los intereses
del CEFOT sí, Elena Nevado dos veces seguidas en una sola tarde.
Por cierto, que no
se me olvide: la misma enmienda, presentada por el Grupo Socialista,
fue votada en contra, en el trámite del Proyecto de Ley de
Presupuestos Generales del Estado para 2013 en el Congreso de los
Diputados, por otro cacereño ilustre: Carlos Floriano.
Y otro día,
hablaremos del alcalde de Trujillo, Alberto Casero, también senador.
Vale.
1 comentario:
Joder, es que no dejas nada suelto para comentar ;)
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