Si algo tiene de efectivo
el uso de twitter es que permite en muy poco espacio, 140 caracteres,
expresar una idea, formular un pensamiento. Y, también, permite
conocer a quién tiene capacidad para con tan pocos caracteres
formular ideas y pensamientos capaces de transmitir estados de
opinión, estados de ánimo.
Si uno se fija, por
ejemplo en mi caso, sobre la situación política de Extremadura, que
es donde vivo, y la mira desde una perspectiva política,
unidireccional, termina conociendo que los supuestos líderes de un
partido, el PSOE de Extremadura, se dedican todo el tiempo a
patrocinar sus blogs, los dos o tres que los tienen, a retuitearse
unos a otros como si estuvieran escribiendo las greguerías de El
Capital.
Pero cuando se ahonda un
poco en esos tuits, en esa “presencia en las redes sociales” lo
único que queda es un deseo irrefrenable por salir en la foto, da
igual que la fotografía sea laudatoria o sea para ponerlos a caer de
un burro. Pero salen en la foto.
El PSOE de Extremadura es
el primer partido de la oposición en esta legislatura, comenzada en
el ámbito autonómico a mediados de 2011. Desde entonces, las
heridas de la derrota electoral y la querencia que la “verdadera
izquierda” hizo por arrimarse a la extrema derecha, siguen sin
cicatrizar, siguen doliendo como el primer día.
El dolor por las heridas
nubla la vista de un día más que mañana, perturba el buen fluir de
las ideas y termina en una bolsa de socorros mutuos en las redes
sociales.
Por ello, cuando los
dirigentes del PSOE de Extremadura toman decisiones como la de hacer
seguidismo de Monago en su boutade de burlar una ley estatal
(injusta, pero ley), lo hacen sin dar explicaciones. Y si un
militante se las pide, la callada por respuesta. La vergüenza por
respuesta.
Se trata de hacer
seguidismo de un populista que se mueve por eslóganes que un
especialista en marketing le hace a diario. Por ejemplo, en pagar una
extra a los funcionarios cuando la ha eliminado el gobierno de la
Nación. En vez de hacer pedagogía (aquello que se pedía
antiguamente a los socialistas) del cumplimiento de las leyes (si son
injustas, cuando se ganan las elecciones se cambian, mientras tanto
hay que cumplirlas), se hace seguidismo de un populista analfabeto
político.
Claro, que se trata de
complacer a los funcionarios de la administración que hasta 2011
gobernaba el PSOE y a la que aspira, si no se transmuta en PASOK, que
es lo probable al paso que va, a gobernar. Recuerdo hace años cuando
se decía que si querías trabajar en la Junta de Extremadura tenías
que tener el carnet del PSOE y luego las elecciones sindicales las
ganaba un sindicato amarillo. Ahora, el mismo sindicato amarillo
arrastra a los que en su día fueron sindicatos de clase, CCOO y UGT
a negociar acuerdos insolidarios que benefician solamente a una parte
de los funcionarios existentes en la Comunidad Autónoma. Y los
dirigentes del PSOE aplauden con los tuits como si fueran orejas de
elefantes.
¿Qué miedo tienen esos
dirigentes políticos a decirle a los funcionarios que las leyes hay
que cumplirlas y que los pagos anticipados hay que devolverlos y que
los adelantos sobre devengos no cumplidos no pueden abonarse? Tienen
todo el miedo del mundo y por eso siguen, como patos maneados, al
populista analfabeto político.
Dime a quién sigues y te diré de qué corral
eres.
Vale.
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