El
pasado 29 de junio me refería al calendario que restaba, hasta final de 2012,
para determinar cuál sería la continuidad o no del Centro de Formación de Tropa
nº 1, de Cáceres. En ese calendario, señalaba el próximo conocimiento del techo
de gasto, a proponer por el Gobierno y aprobarse por el Congreso de los
Diputados. Hasta ahora, esta cuestión se ha venido resolviendo antes del 30 de
junio de cada año. Este 2012 ha supuesto la quiebra de esa tramitación… y la
quiebra del modelo constitucional.
Cuando
un gobierno de incompetentes en lo económico, insensibles en lo social y
filofascistas en lo político dedican sus esfuerzos a pedir prestado dinero para
tapar las estafas, insolvencias y desfalcos cometidos por conmilitones, de los
que son cuando menos cómplices por acción u omisión, cuando eso sucede,
pequeños asuntos, como la continuidad o no de un centro militar, dejan de tener
importancia… pero no para quienes tienen su puesto de trabajo, militares y
civiles, en él.
Del
techo de gasto dependerá el contenido del Presupuesto para 2013. Pero no ha
hecho falta conocer ese dato. Las imposiciones europeas para prestar dinero con
el que salvar el desfalco de Bankia, han obligado al Consejo de Tramposos a
publicar el Real Decreto-ley 20/2012, de 13 de julio, de medidas para
garantizar la estabilidad presupuestaria y de fomento de la competitividad, en
el que en absoluto se plantea la posibilidad de que durante 2012 se realice
alguna convocatoria de tropa profesional, ya que ni siquiera se cita la
disposición adicional de la Ley de Presupuesto que planteaba una mínima opción.
De hecho, la única referencia que se hace a la oferta de empleo público tiene
su marco en la exposición de motivos, para ratificar las previsiones de los
PGE. Es decir, que durante 2012 no habrá oferta de empleo de tropa, única
salida posible para el Cefot de Cáceres.
El
marco económico, por un lado debido a un contexto internacional adverso, y por
otro a un severo ajuste de cuentas económico, político y, sobre todo,
ideológico, que el gobierno de la derecha está planteando, tiene mucho que ver
con la imposición europea de someter a control y vigilancia (“los hombres de
negro”) las cuentas públicas españolas. Así, la exigencia de programas
presupuestarios bianuales, que comenzarán a tener que recogerse en los PGE para
2013 (y previsiones para 2014), hacen prácticamente imposible nuevas ofertas de
empleo público, cuando se vienen haciendo conjeturas de despidos de empleados
(salvo funcionarios de oposición) de hasta 300.000 personas. En ese marco,
hacer una convocatoria de plazas de efectivos de tropa y marinería (militares,
al fin y al cabo) añadiría aún más leña al incendio social provocado por el
conjunto de ministros más incompetentes que jamás haya habido, a cuyo frente
está una persona (o lo que sea eso) a la que, además de lloverle críticas, se
le ha perdido el respeto (no ya como presidente del gobierno, eso va en el
cargo, sino como persona).
El
hecho de que el Cefot 1 se encuentre en cierre provisional es la causa, por
otra parte, de que los exámenes para el ascenso a Cabo (convocados porque son
obligatorios por ley, que si no, tampoco) no puedan realizarse en las
instalaciones, cerradas en su mayoría, y que para las fechas en se realizan los
exámenes, diciembre, necesitarían climatizarse y con el cierre decretado, es
imposible.
Que
un dirigente político (lo de dirigente seguramente sea una exageración) como el
presidente de la Asamblea de Extremadura diga, visitando las instalaciones del
Cefot para hacerse una foto, que la oferta de empleo público de tropa sería la
solución, suena a una golfería intolerable. Ese “dirigente”, en vez de hacer
declaraciones de ese tipo, tiene en su mano, al igual que el mudo presidente de
la Junta de Extremadura, José Antonio Mongado, que sí hubiera oferta de empleo.
Pero para ello deberían enfrentarse a su partido, y no tienen agallas para
ello. Con salir en la foto junto a algún militar les vale. Que cierren el
Cefot, directamente, se la suda. A Fernando Manzano, a José Antonio Monago, a
Elena Nevado, a Alberto Casero, a Carlos Floriano… Es más, si el anuncio se
hiciera en el Congreso o en el Senado, aplaudirían a rabiar, y alguno de ellos
pronunciarían el mantra de los argumentarios del Partido Popular: ¡Que se
jodan!
Vale.
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