Cuando el cierre del
Centro de Formación de Tropa nº 1, de Cáceres, trascendió a los
medios de comunicación (perdón, a un sólo medio, el otro forma
parte de la tropa que lo cierra), al Alcasenadora Elena Nevado azuzó
la reposición de una extinta Plataforma que hubo de crearse cuando,
también con el Partido Popular en el Gobierno de la Nación, se
quería cerrar el Centro, entoncescon el nombre de CIMOV nº 1. Lo
hizo, como ya se señaló en este blog, en defensa propia. La
Alcasenadora creó una barricada en la que esconderse, y desde la que
lanzar fuegos artificiales para distraer al personal.
Fuegos artificiales han
sido también la pomposa atribución a Mariano Rajoy, dicen que
Presidente del Gobierno, de una carta en la que dice a la primera
edil de la ciudad no hay nada del cierre. La carta, que no se ha
enseñado ni se ha facilitado a la oposición y a los medios de
comunicación, no la firma Rajoy, la firma el compañero de reparto
de Thais Villas en El Intermedio, Jorge Moragas. Y probablemente
nunca la conoceremos.
Ahora, esa barricada
puesta en marcha por Elena Nevado se extiende toda Extremadura por la
gracia de un gobierno regional presidido por José Antonio Monago,
que todavía no ha dicho, de su boca, nada en absoluto sobre el
asunto, y que, como general al mando de la tropa pepera en la
comunidad ha enviado a una teniente de complemento y a un cabo
furriel a reunirse con la Plataforma.
Ahora, esa barricada se
esconderá detrás de pomposas mociones a aprobar por la Fempex, como
la aprobada por el Ayuntamiento de Cáceres o la Diputación
Provincial cacereña. Pero de lo gordo, de la chicha, nada.
Ahora se está a la
espera de que el presidente del PP en Extremadura y Presidente de la
Junta de Extremadura se ordene a sus diputados en el Congreso que
presenten enmiendas a los RGE (Recortes Generales del Estado) para
modificar el artículo 23 del proyecto y la disposición vigésima
segunda del mismo para que durante este año se puedan convocar
suficientes plazas de tropa para que sean instruidos en el CEFOT 1 de
Cáceres, y dotar presupuestariamente su funcionamiento.
Pero esto nunca lo harán
porque saben que ya está echada la suerte del Centro cacereño y no
tienen agallas políticas para hacerlo.
Estas gentes que han
aprendido marketing primario creen que levantando una gran barricada
con todos los pueblos de Extremadura se van a librar del honor de
cerrar 60 años de historia de formación de nuevos soldados, y de
enterrar una tradición de permanencia de guarnición en la ciudad de
Cáceres. Dada la incapacidad política van a conseguirlo.
Espero que cuando el
cierre esté negro sobre blanco tengan la decencia política de
reconocer que lo que ahora hacen son fuegos de artificio para
entretener al personal.
Vale.
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