El Presidente Guillermo Fernández Vara recibiendo una bandera de mochila, siempre atento a la situación del CEFOT nº 1 (Año 2008)
Desde que estalló en
prensa, 27 de marzo, el cierre (suspensión temporal de actividades)
del Centro de Formación de Tropa nº 1, y tras la “pose” medio
indignada (pose, al fin y al cabo, fuegos artificiales) de la
alcasenadora de Cáceres Elena Nevado, algunos cargos electos, al
frente de diversas instituciones, del Partido Popular, el mismo que
decide el cierre del CEFOT nº 1, han ido tomando posiciones, más a
la defensiva que otra cosa, conscientes de que no pueden y, sobre
todo, no quieren enfrentarse a su partido.
De todas las
instituciones políticas de Extremadura gobernadas por el PP han
salido tímidas peticiones de continuidad del centro militar. ¿De
todas? No, de la más representativa políticamente, nada, silencio.
Un silencio que al principio ha resultado vergonzante y que ahora es
vergonzoso. Es el del presidente de la Junta de Extremadura, José
Antonio Monago.
Y, para empezar, no creo,
ni mucho menos, que el Presidente Monago se enterara de la situación
por los periódicos, bueno, por El Periódico Extremadura
(http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/temadeldia/defensa-cierra-su-centro-de-formacion-de-caceres-por-recorte-presupuestario_644873.html),
sino que seguramente ya tenía información de primera mano.
Información que le
facilitaría la alcasenadora Nevado el 22 de marzo de 2012, cuando se
reunieron para tratar unos asuntos que no requerían ningún tipo de
reunión, porque eran asuntos y siguen siendo asuntos del diario de
Ayuntamiento y Junta de Extremadura
(http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/caceres/monago-expresa-apoyo-de-extremadura-a-proyectos-del-ayuntamiento-de-caceres_643928.html).
Y si no se la facilitó, no es algo que uno se lo pueda creer.
Porque Elena Nevado
recibió información de muy primera mano el 5 de marzo, cuando se
reunió con la Subsecretaria de Defensa en una visita de “cortesía”
que se ha revelado demoledora
(http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/caceres/la-alcaldesa-de-caceres-se-reune-con-subsecretaria-de-defensa_640775.html).
Con esta información
disponible, la de prensa (del conocimiento de todos los ciudadanos) y
la que tiene y le habrá facilitado, sin duda, la alcaldesa y
senadora, ya tendría que haber aparecido el Presidente de todos los
extremeños manifestando de modo inequívoco su posición, por
supuesto, de apoyo a la continuidad del CEFOT nº 1 y de
requerimiento expreso, contundente y claro ante el gobierno de su
propio partido. Pero eso parece que es pedirle mucho.
El silencio, la ausencia
en este asunto del Presidente de la Junta dice mucho. Dice mucho de
su capacidad política, que deviene en nula, porque no me creo, ni se
lo puede creer nadie, que solamente tenga la información que le haya
facilitado la alcaldesa de Cáceres o haya podido leer en los medios.
Seguro, completamente seguro, que desde el Ministerio de Defensa,
bien a petición suya, bien por iniciativa ministerial, le han
informado de la situación.
Que el Presidente que
pomposamente se titula del “Gobierno de Extremadura” (algo que el
Estatuto de Autonomía, Ley Orgánica, no contempla) guarde un
silencio tan clamoroso solamente puede entenderse como su impotencia
o su convicción de que el cierre del CEFOT nº 1 es inapelable, pero
también ha de entenderse porque se está retratando y está dejando
de ser el Presidente de todos los extremeños, porque su silencio
hace que no lo sea de todos los afectados, que son muchos: los
militares y civiles destinados en el centro militar, que podrán ser
destinados a cualquier punto de la geografía española, los
trabajadores civiles de las contratas que serán despedidos sin más,
los proveedores que verán mermados sus ingresos, los militares de
Cáceres que diariamente se desplazan a la base de Bótoa y que
tienen en su horizonte conseguir destino en su ciudad...
El señor Monago, aquel
que se jactaba de haber formado el “gobierno de los mejores” y
que, sencillamente, se dedicaba al marketing más primario, es ahora
un Ausente, el Ausente, calificativo que le viene como anillo al dedo
por su silencio y por la ideología que despliega cuando recurre a
aquello de que no es tiempo de ideologías... Bueno, de las de otros,
la del Ausente en primera línea.
Vale.
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