El 5 de marzo de 2012, la
alcasenadora de Cáceres, Elena Nevado, se reunió con la
Subsecretaria de Defensa, Irene Alcahud. Tuvimos los ciudadanos
conocimiento de la reunión por una nota de prensa remitida por la
alcaldía de Cáceres a los medios de comunicación. Se decía que
había sido de “cortesía”. Los hechos conocidos después
demuestran dos cosas: que la reunión no fue de cortesía y que la
alcasenadora de Cáceres mintió en papel oficial.
El 12 de marzo de 2012,
la alcasenadora de Cáceres, Elena Nevado, remitió una carta al
propio Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. El contenido de esa
carta permanece en el más oscuro de los secretos en contradicción
con la transparencia de la que presumen (y carecen) los dirigentes
del PP. En la carta secreta, la alcasenadora de Cáceres refiere a su
conmilitón Mariano que ha sido informada del futuro cierre del
Cefot.
El 20 de marzo de 2012,
la alcasenadora de Cáceres, Elena Nevado, se reunió con el
presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago. Los
asuntos tratados, según la información facilitada a los medios de
comunicación, son todos los del ordinario de las relaciones entre
Ayuntamiento y Junta. No se menciona que se tratara el asunto Cefot.
Es de tal clamor la ausencia de ese tema que, sin duda, fue el único
tratado.
El 27 de marzo de 2012,
El Periódico Extremadura (www.elperiodicoextremadura.com)
publica una información demoledora sobre el futuro del Cefot. Futuro
que ya conocía la alcasenadora de Cáceres, Elena Nevado. En los
días siguientes, el mismo periódico completa sus informaciones que,
claramente, se refieren al cierre sine die del Centro de Formación
de Tropa de Cáceres. Mientras, el otro medio escrito de información,
de marcada línea de apoyo al PP, se dedica a intoxicar, por activa o
por pasiva, tratando de confrontar las bondades del Centro militar de
Cáceres con el homólogo de San Fernando, que sí mantiene su
continuidad.
En estas fechas y con las
informaciones publicadas, la alcalsenadora de Cáceres, Elena Nevado,
se hace la sorprendida, como si el 5 de marzo no hubiera sido
informada convenientemente, y como si el 12 de marzo ella misma no
hubiera escrito a Mariano Rajoy pidiendo socorro, con la ingenuidad
de creer que el indolente Mariano fuera capaz de tomar alguna
decisión.
A la vista de las
informaciones, la alcasenadora Elena Nevado, en una estrategia de
marketing, en realidad de publicidad al más puro estilo goebbeliano,
comienza a promover la reactivación de una antigua plataforma
ciudadana. En su estrategia, iniciada a través de la coordinadora de
las AAVV, afin al PP, es secundada por otros colectivos y se suman a
ella, por inercia, sin capacidad crítica, sindicatos de clase (CCOO
y UGT) y el PSOE. La plataforma, capitalizada mediáticamente por el
propio PP, tiene la única finalida de defender la incompetencia de
la propia Elena Nevado.
El 19 de abril de 2012,
la alcasenadora de Cáceres, Elena Nevado, recibe una carta firmada
por Jorge Moragas, compañero de reparto de Thais Villas en El
Intermedio y, actualmente, Director del Gabinete de Mariano Rajoy. La
carta es respuesta a la remitida el 12 de marzo por la alcasenadora
al Presidente del Gobierno. La carta que se resiste a que se conozca.
Pero que de la respuesta de Moragas se desprende algo demoledor: la
alcaldesa de Cáceres está preocupada por el posible cierre del
Cefot. Está preocupada el 12 de marzo, y, sin embargo, quince días
después se muestra sorprendida y emocionada por las informaciones
publicadas.
Con una carta tan
insustancial en su respuesta como la remitida por el frívolo
Moragas, el primer teniente de alcalde, Valentín Pacheco, proclama
que “Rajoy comunica a Nevado que no hay nada decidido sobre el
Cefot”. El BOPP aplaude con las orejas.
Mientras todo esto
sucede, la plataforma, ajena consciente o inconscientemente a la
estrategia de publicidad y propaganda puesta en marcha por el PP para
tapar las vergüenzas políticas de la alcasenadora, sigue
repartiendo lazos verdes, colocando carteles y pancartas.
El 8 de mayo de 2012, el
Congreso de los Diputados votó en contra del manteniento plenamente
operativo del Centro de Formación de Tropa, planteado por el PSOE en
una enmienda a los Presupuestos (mejor dicho, Recortes) Generales del
Estado. Los diputados del PP de Extremadura, encabezados por Carlos
Floriano, votaron en contra, traicionaron los intereses de la región.
Y luego hablan. Carlos Floriano consumó, con su silencio primero, y
con su voto en contra después, una traición a Extremadura y a su
ciudad, una traición que ya debería haberle supuesto la reprobación
pública, sino fuera porque quienes sustentan la estrategia de
propaganda de la alcasenadora, compran diariamente el BOPP o lo leen
en la oficina, y van a misa diaria, son los mismos que han votado
para que se siente en el escaño.
El 16 de mayo de 2012,
con la traición ya consumada por Carlos Floriano, la alcasenadora de
Cáceres, Elena Nevado, se reunió con el Secretario de Estado de
Defensa. De aquella reunión quedan: un episodio chusco en las
proximidades de Castellana, 109, debidamente elevado a la categoría
de noticia por el BOPP, una fotografía más chusca aún de la propia
alcasenadora y un señor que parece que pasaba por allí, y nula
información sobre lo que, durante una hora, pudo decir el número 2
del Ministerio.
Consumadas traiciones a
Extremadura por los diputados nacionales del PP, viento en popa la
publicidad y propaganda de la alcasenadora Elena Nevado, solamente
queda un pequeño detalle: el silencio vergonzante, vergonzoso, del
valiente exhibidor de testosterona José Antonio Monago, dizque
presidente de Extremadura, pero que está demostrando por pasiva, en
este asunto, que Cáceres is not Extremadura.
¿Cuándo tendrá la
valentía de decir lo que piensa, cree, sobre este asunto el
presidente de la Junta de Extremadura? ¿Tendremos ocasión de
conocer el valor de Monago defendiendo los intereses de Cáceres, de
Extremadura, ante sus superiores? ¿Sabremos alguna vez si Monago
conoce el conducto reglamentario para poner negro sobre blanco ante
Mariano Rajoy y Pedro Morenés que el Cefot no debe cerrarse?
En el caso de Monago (y
de Carlos Floriano) ya sabemos que no tienen valor ni se les
presupone. Ya sabemos que están traicionando los intereses de
Extremadura y de Cáceres. Y también sabemos que el conducto
reglamentario que deben seguir ante su falta de valor, su traición,
solamente les puede llevar a la dimisión de sus cargos si fueran
consecuentes con las barbaridades y grandilocuencias con las que se
expresaban cuando estaban en la oposición a la que deben volver,
precisamente por conducto reglamentario.
Vale.
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