El 5 de marzo de 2012, la alcaldesa de Cáceres, Elena Nevado, que además es senadora, se reunió con la Subsecretaria del Ministerio de Defensa. Al día siguiente, los periódicos locales publicaban la fotografía y un resumen de la nota de prensa remitida por la alcaldía. La reunión había sido de “cortesía”. Creo recordar que fue el 16 de marzo siguiente, más o menos, cuando la Alcalsenadora Nevado se reunión con el Presidente de la Junta de Extremadura para repasar unos asuntos que, viendo la nota de prensa, era una lista de cosas que no necesitaban de reunión alguna.
Ni la reunión con la Subsecretaria de Defensa ni la posterior con Monago fueron cortesía o despacho rutinario. La primera informó a Elena Nevado de la previsión de cierre temporal del Centro de Formación de Tropa nº 1 (CEFOT 1), de Cáceres, sin fecha de retorno, y en la segunda reunión citada, la Alcalsenadora informó de la situación al Presidente (por la gracia de IU) de la Junta de Extremadura.
Cuando en la última semana de marzo un medio de comunicación local (www.elperiodicoextremadura.com) dio cuenta de la situación del CEFOT 1, de modo inmediato Elena Nevado se constituyó en la contradicción andante, negando las informaciones de prensa y convocando a la ciudadanía a defender la continuidad del Centro de Formación militar. Hasta el punto que fue la alcaldía la que impulsó, a través de la coordinadora de AAVV, la reactivación de la Plataforma que, en una situación similar, pero nada igual en absoluto, había funcionado entre 2001 y 2004. La alcasenadora había decidido construir una barricada que salvara su inexistente capacidad política, desde la que lanzar fuegos artificiales para entretener al personal. Y al final poder decir que ella había hecho todo lo posible por evitar el cierre del CEFOT 1.
La primera reunión de la Plataforma resultó patética. Tras un debate sobre fines y demás asuntos propios para poner de acuerdo a colectivos amplios, un concejal del PP, que gobierna el ayuntamiento con mayoría absoluta, informó que ya se habían habilitado dos cuentas, una en facebook y otra en twitter, de apoyo al centro militar. Y que el propio ayuntamiento ya había encargado una pancarta para colgar en el balcón de la casa consistorial. ¡Ya se habían construido la barricada! Todo lo que vino, viene y venga después son los fuegos artificiales a los que tan aficionados son los cacereños, especie ciudadana que recuerda a los paisanos de Gila cuando se sientan en la plaza, con la boca abierta.
La realidad es que Elena Nevado, alcaldesa con mayoría absoluta y senadora por la provincia de Cáceres, ha sido abandonada por su propio partido en este tema. Ni Carlos Floriano, número 3 en el organigrama del PP, ni José Antonio Monago, Presidente de la Junta de Extrebadajoz, quieren saber nada del asunto, porque ya saben lo que tenían que saber: que el CEFOT 1 es un asunto finiquitado, terminado.
Lo que le corresponde, en función de su cargo de alcaldesa es exigir a su partido que cambie los RGE (Recortes Generales del Estado) y elimine la prohibición de contratar nuevos soldados, para con ello mantener abierto el CEFOT 1. Trasladar a los ciudadanos su incompetencia, convirtiéndolos en una barricada con la que defenderse, es la muestra de la más plana de las formas de hacer política. Lanzar soflamas pijas (leyendo su muro de facebook, los del anuncio de Loewe son de extrema izquierda) no es más que poner cohetes de pólvora gaseosa en el aire, con colorines.
Y la senadora tiene la obligación de conseguir que sus compañeros de partido por la provincia de Cáceres, diputados y senadores, también exijan, mediante la presentación de enmiendas, el cambio de las cuentas del Estado. Claro, que Floriano ya ha dejado claro con su silencio, cuál es su posición.
Habrá más.
Vale.
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