El robo ocurrido en la Base de Bótoa ha de ser esclarecido hasta sus últimas consecuencias, como, sin duda, se hará por el propio impulso de la Ministra de Defensa, Carme Chacón, y el JEME, General de Ejército Coll Bucher. Y ha de ser así por dos razones básica: una, por la propia seguridad de las instalaciones militares y de su personal; otra, porque Defensa no puede permitir que un hecho grave en sí mismo quede sin resolver en todos sus extremos.
Dicho esto, es digno de admirar cómo los portavoces del Partido Gurtelar en el Congreso de los Diputados y el Senado, Beatriz Rodríguez Salmones y Ovidio Sánchez, respectivamente, se han lanzado a reclamar, como les corresponde por su experiencia acumulada en la oposición, la comparecencia de Carme Chacón en ambas cámaras. Y digo que es digno sobre todo viendo los teletipos que hacen referencia a esas peticiones parlamentarias.
Beatriz Rodríguez Salmones “exige” una investigación “seria”, antes de exigir responsabilidad políticas. Si no fuera porque estamos en la crisis del ladrillo, diría que la cara de la diputada del Partido Gurtelar se la ha construido el grupo Begar con diseño de Calatrava.
Otro tanto sucede con los calificativos del senador Ovidio Sánchez. Dice, textualmente, el despacho de agencia: “En este sentido, Ovidio Sánchez precisa que la ministra tiene que investigar "seria y rigurosamente" lo ocurrido y "dar las explicaciones pertinentes en el Senado, cosa que esperamos suceda lo antes posible, dada la gravedad de los hechos"”.
Desde luego (y partiendo, de nuevo, para que no haya ninguna interpretación extraña, de que es preciso aclarar todo lo sucedido), que en un asunto militar los diputados del Partido Gurtelar exijan seriedad y rigurosidad en una investigación por robo de armas en un Cuartel, ante la “gravedad” de los hechos, y que se exigirán, igualmente, las responsabilidades políticas a que hubiera lugar no es sino un insulto a la democracia.
Que esos calificativos, que esa contundencia la exijan diputados y senadores que tienen en su partido a Federico Trillo, responsable político, y, en cualquier país serio, incluso penal, es una desvergüenza.
Que esos diputados y senadores que comienzan pidiendo una investigación seria y rigurosa y en el mismo instante ya planteen que se exigirán responsabilidades políticas cuando tienen sentado a su lado al responsable político de la muerte de 62 militares en el accidente del YAK-42 demuestra la catadura moral (o mejor, la caradura moral, digna de travestismo hipócrita) de gentes que para atribuirse autoridad moral deberían, como mínimo, haber apartado a su correligionario Trillo de la vida pública.
Hoy se ha formalizado la dimisión del Ministro de Defensa alemán, el descendiente del inventor de la imprenta, por haber copiado su tesis doctoral. En España, el responsable político de la muerte de 62 servidores públicos altamente cualificados en lo personal y en lo profesional, no sólo no dimitió, sino que sigue en activo en la vida pública, para vergüenza de todos... menos de sus correligionarios que se reclaman con autoridad moral cuando lo único que se les puede atribuir es desfachatez y desvergüenza.
Ah, por cierto, y también en relación con Federico Trillo: sería muy interesante que explicara qué es, bueno, qué era en su momento cometer un delito de tenencia de sustancias estupefacientes dentro de un cuartel. Seguramente con ese asunto podría dar, con ejemplos directos, alguna conferencia a la diputada Rodríguez Salmones y al senador Sánchez.
Mientras tanto, la ministra Carme Chachón y el JEME Coll Bucher harán su trabajo, no me cabe duda, y darán cuantas explicaciones de la investigación necesarias y políticas en su momento.
Mientras tanto, en el Partido Gurtelar deberían hacer un retiro forzoso: el de Trillo, el que fue solamente minisTrillo.
Vale.
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