Resulta cuando menos irritante que Trichet y MAFO, es decir, el presidente del Banco Central Europeo y el gobernador del Banco de España reclamen, con contundencia, una reforma laboral en España, según ellos necesaria y urgente. Los encargados en Europa de vigilar el sector financiero, donde se ha causado la actual crisis, ahora quieren cargar la culpa (en el sentido moral que tanto gustaba a Freud) sobre los trabajadores.
Trichet, MAFO y todos los responsables de la vigilancia del sector financiero, en Europa y en Estados Unidos, deberían tener un poco de vergüenza y no tratar de cargar la culpa del desastre sobre los trabajadores.
Mientras que Trichet, MAFO y los demás no tengan el mismo desparpajo para reclamar de los jueces y fiscales de los países sobre los que tienen competencias de vigilancia y control que metan en la cárcel, uno tras otro, en fila, a los directivos de los bancos que alegremente pusieron en circulación activos tóxicos y toda clase de ingenierías financieras para llenarse los bolsillos de bonos, stocks options y similares, mientras no tengan agallas para eso, lo mejor es que dejen en paz a los trabajadores.
Claro, que lo mismo se arriesgan a que directivos de Dexia, de los bancos ingleses o alemanes, canten de plano y digan que los vigilantes y controladores de los bancos conocían sus manejos, lo que sin duda es cierto,
No es de recibo que Trichet y sus secuaces ahora pretendan cargar sobre los trabajadores sus negligencias e ineficacias. Solamente una reforma laboral es necesaria: limpiar los órganos de vigilancia y control del sector de quienes han guardado silencio, han mirado hacia otro lado mientas los directivos de grandes bancos, aseguradoras y similares se han llenado los bolsillos.
Vale.
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